Pyongyang se convertirá en la sede del diálogo intercoreano
Siete años después de la histórica cumbre que inició su proceso de acercamiento, aún inconcluso, Corea del Norte y del Sur se volverán a encontrar, al más alto nivel, a finales de agosto en Pyongyang, en un intento de promover la paz en una península dividida desde hace seis decenios por el Paralelo 38. Instaurada tras la guerra de 1950-1953, en los albores de la Guerra Fría, esta frontera artificial divide a los coreanos en dos países que en teoría siguen en guerra.
GARA |
El presidente norcoreano, Kim Jong-Il y el número uno del régimen occidental Roh Moo-Hyun se reunirán en Pyongyang, capital de Corea del Norte, del 28 al 30 de agosto, anunciaron ayer simultáneanente los servicios de la presidencia de Seúl y la agencia norcorwana KCNA.
«La cumbre constituirá un gran paso adelante a favor de la paz y los intercambios entre los dos países», se felicitó el ex presidente surcoreano Kim Dae-Jung (1997-2003), quien firmó la declaración conjunta del 15 de junio de 2000 con su homólogo Kim Jong-Il, iniciativa que marcó el inicio del deshielo de las negociaciones bilaterales.
Esta iniciativa, inspirada en la Ostpolitik alemana de Willy Brandt, le valió la consecución del Premio Nobel de la Paz y se tradujo en reuniones familiares y en una incipiente cooperación económica a uno y otro lado del Paralelo 38, que divide la península en dos desde la guerra.
La Presidencia surcoreana aseguró que uno de los objetivos de la cumbre será avanzar en la consecución de la firma formal de un tratado de paz para conjurar una situación anacrónica: las dos Coreas siguen al día de hoy teóricamente en guerra a falta de un tratado que haya puesto punto final al conflicto (1950-1953).
Contactos previos
El jefe de los servicios secretos surcoreanos (NIS), Kim Man-Book, confirmó que ha viajado en secreto dos veces al norte de Corea para posibilitar el encuentro. El máximo responsable del NIS aseguró que su homólogo de los servicios secretos norcoreanos, Kim Yang-Gon, le trasladó la opinión de Kim Jong-Il de que «estamos en el momento más apropiado para que fructifique una cumbre de este tipo».
Tras el acuerdo firmado el 13 de febrero pasado, Pyongyang cerró en julio su principal central nuclear. EEUU levantó a cambio su bloqueo financiero y se ha comprometido a normalizar sus relaciones diplomáticas a cambio de la desnuclearización de Corea del Norte.
Mientras el Gobierno chino mostró su esperanza en que la cumbre dé resultados positivos, Washington vinculó el encuentro con sus exigencias de desnuclearización de Pyongyang. Japón reaccionó con frialdad al anuncio de la cumbre.