Los rojillos sólo conocen el triunfo en lo que va de pretemporada
El tino de Sola da la tercera victoria
Los de Ziganda remontaron un gol de Núñez, mediada la primera parte, gracias a su solidez defensiva y al acierto en el contragolpe
Natxo MATXIN | IRUÑEA
Kike Sola lleva el acierto en la sangre o, al menos, eso está demostrando por ahora. En poco más de un cuarto de hora le endosó al Betis dos goles en la última salida liguera de la pasada temporada, y ayer apenas le bastaron cuatro minutos para materializar la tercera victoria de pretemporada de Osasuna, único resultado que conoce de momento la escuadra navarra.
Los de Ziganda estuvieron muy acertados de cara al marco contrario, seguros en defensa y letales en el contragolpe. Claro que eso no fue así durante todo el choque. Hizo falta encajar un gol mediada la primera parte para que los navarros reaccionaran de manera contundente.
Fue necesario que el argentino Leonel Núñez adelantara a su equipo en el marcador -sólo una victoria le servía al Olympiakos para seguir teniendo opciones de alzarse con el torneo tras perder por 2-1 ante el Panionios- para que el club rojillo se pusiera las pilas. Hasta ese momento, el dominio fue griego de manera completa.
A partir de ese momento, el rumbo del partido varió, Osasuna se hizo con el balón y comenzaron a llegar las ocasiones. Lo intentaron Monreal con un disparo que detuvo Nikopolidis y Juanfran con otro tiro que se fue desviado por poco.
A la tercera llegó la vencida. Un perfecto pase en profundidad del lateral de Noain desde el borde del área sirvió a Portillo para, de vaselina, batir en su salida al guardameta heleno y seguir alimentando su fama de goleador.
Los rojillos pudieron dejar ventilado el choque nada más comenzarse la reanudación, pero ni Azpilikueta ni Pandiani -el poste devolvió su trallazo- hicieron subir sus oportunidades al electrónico. Herido en su ego y ante unas gradas con bastante ambiente, el Olympiakos trató de reaccionar, pero tanto Igotz como Ricardo se encargaron de frenar el ímpetu de Núñez, único jugador rival que consiguió intranquilizar a la zaga navarra.
Pero Osasuna no fue tan cándido como los anfitriones. Kike Sola, que todo lo que toca lo transforma en gol y que, con su tino, se está batiendo el cobre por hacerse un hueco entre tanta incorporación foránea en ataque, propició de cabeza la tercera victoria rojilla de pretem- porada en otros tantos partidos. A partir de ahí, los navarros se dedicaron a nadar y guardar la ropa con un equipo en el que terminaron jugando hasta ocho canteranos.
Arruabarrena, al Tenerife
Por otro lado, Alfonso Serrano, director deportivo del Tenerife, confirmó ayer la existencia de un «acuerdo total» con Mikel Arruabarrena para que el tolosarra se incorpore a las filas del conjunto insular durante las dos próximas temporadas.
Arruabarrena, que se encuentra actualmente lesionado por una rotura fibrilar en el recto anterior de su cuádriceps derecho, firmará definitivamente con los isleños y no regresará al Xerez, tal y como se había especulado, destino este último en el que estuvo cedido la pasada campaña. En cualquier caso, Osasuna no confirmó oficialmente el traspaso.
Hace exactamente un año, Osasuna se codeaba con las más grandes escuadras futbolísticas del viejo continente. Un día como hoy, los rojillos se medían en el AOL Arena a un Hamburgo formado por un buen ramillete de jóvenes estrellas que habían deslumbrado en la Bundesliga anterior.
Los rojillos consiguieron salir vivos del envite, sobre todo gracias a varias paradas de mucho mérito de un Ricardo que comenzó a dar muestras de la sobresaliente campaña personal que protagonizaría.
Pese a la superioridad teutónica en este partido de ida, Osasuna, o mejor dicho Soldado, tuvo la opción de haber dejado inclinada la balanza del lado rojillo, algo que se hubiera agradecido visto lo que sucedió en la vuelta. El delantero valenciano dispuso de dos ocasiones solo ante Kirschstein, pero el portero alemán estuvo más listo que el atacante para desbaratarlas y dejar la eliminatoria abierta de cara al segundo asalto en Iruñea.
Quince días después, la ilusión de todo un herrialde se transformó en disgusto cuando De Jong, a falta de poco más de un cuarto de hora para el final, conseguía igualar el gol anotado por Cuéllar a la salida de un corner en el minuto cinco.
En la retina de todos los aficionados todavía reposa, y durará bastante tiempo, la ocasión fallada por Webó en los minutos finales cuando, prácticamente solo, pero forzado, mandó fuera un balón casi a puerta vacía, evitando el remate de un Milosevic que estaba en posición idónea para haber obtenido el 2-1 que hubiera desatado la euforia.
Pero como se suele decir, no hay mal que por bien no venga. Y lo que parecía una catástrofe, pues ya gran parte de la hinchada se veía vibrando en El Sadar con rivales de categoría mundial, se fue trocando en sueño, merced a la trayectoria navarra en la Copa de la UEFA, un torneo que en principio se antojó menor, pero que a medida que el club fue superando eliminatorias se convirtió en la ilusión del osasunismo y el escaparate a nivel europeo de una entidad modesta pero competitiva.
Aunque el bolsillo y la merma vacacional lo agradecerán, a buen seguro que más de uno echará en falta esta temporada esos desplazamientos a míticos estadios del viejo continente y las juergas correspondientes. Al aficionado ahora sólo le queda confiar en que la nueva remesa de rojillos incorporados demuestre la misma calidad que sus predecesores y sitúen otra vez al equipo por encima de lo que sus posibilidades económicas hacen presuponer.
N.M.