Fede de los Ríos
El hombrecillo de alabastro
Fuerza y honor ante la adversidad». Ahí es nada lo que pide Chivite Bonaparte a los militantes del PSN en una carta. Debe de ser resultado de lecturas mal digeridas en su niñez de algún ejemplar de «Hazañas bélicas» unido a una insolación propia de las fechas en las que nos encontramos. Eso, o es un cachondo integral. Si frases de gran estadista buscaba el de Cintruénigo, ¿por qué no prometer a sus militantes, como hiciera Churchill, «sangre, sudor y lágrimas»? Más adecuada a la realidad en que ha dejado al partido.
Continúa su misiva en plan caballero templario (mitad monje, mitad guerrero, que así es como los quería Dios): «Razones de índole superior que no alcanzo a entender pero que seguramente están bien fundamentadas han determinado que lo que deseábamos casi todos los socialistas de Navarra, entre los que me incluyo, no haya podido ser». La fe del carbonero a su lado raya en un escepticismo casi ateo. Ya dijo Pepe Stalin que mejor equivocarse dentro del partido que acertar fuera de él.
Si a Yósif Vissariónovich lo apodaron Stalin (hombre de acero), bien podríamos apodar a nuestro paisano como el Hombre de Alabastro. Y ello por tres razones: Su Cintruénigo natal es famoso por la producción de alabastro; su dureza es de 1'6 en la escala de dureza mineral de 0 a 10, es decir, se raya con la uña y, por último, porque se utiliza en ornamentación; de ese elemento están hechos los bonitos y decorativos enanos de jardín.
Así pues, a juicio del hombre de alabastro, Nafarroa se ha convertido en el Reyno del misterio, las tinieblas y lo confuso. Razones de índole superior que parten de las potencias sombrías del lado oscuro frustran los deseos de cambio de la mayoría. Pero eso no importa a Chivite, él se satisface con la fe porque ignora. La ignorancia es la felicidad del colonizado, eso y unos durillos a fin de mes. Creer en lo que no se comprende es la apuesta del prohombre de alabastro; eso sí, con fuerza y con honor, como la benemérita. Al misterio de la Santísima Trinidad y de la virginidad de María ahora se le suma el de la imposibilidad de un cambio en Nafarroa.
¿No hay un alma caritativa alguna, dentro o fuera de su partido, que subsane el déficit de información de Chivite sobre la verdadera causa de lo aquí acontece? Aunque sea para que sus hijos no pasen vergüenza. Pobricos ellos, no tienen culpa.