EIBAR Se estrena en Liga con un empate
Sabor agridulce para empezar
El Eibar estrenó su regreso a Segunda A con un empate. Una pena, teniendo en cuenta que los azulgranas se pusieron por delante en el marcador, pero un buen resultado si se tiene en cuenta la reacción que protagonizó el Racing de Ferrol a lo largo de la segunda parte
Amaia U. LASAGABASTER | EIBAR
El Eibar regresa de Ferrol con el vaso a medias. Depende ya del grado de optimismo de cada uno determinar si está medio lleno o medio vacío.
Los primeros destacarán la importancia de comenzar la temporada puntuando. Más aún si el primer partido se disputa fuera de casa, supone el debut en una categoría y se disputa con el once plagado de novedades, incluyendo numerosos debutantes en esta Segunda A. Los de corte más pesimista no lo tendrán tan claro, principalmente porque el Eibar tuvo los tres puntos en su bolsillo durante casi toda la tarde, gracias al gol que anotaba Joseba Del Olmo en el minuto 19 -el primero, por cierto, de toda la Liga 07/08- y que acabó siendo neutralizado a apenas nueve minutos del pitido final.
En un mundo repleto de matices grises, seguro que unos y otros tienen su parte de razón. Pero tampoco cabe duda de que la expedición armera regresará de Ferrol satisfecha, con el alivio de haber despejado el cero de su casillero a las primeras de cambio y con la confianza de los buenos apuntes que ayer se ofrecieron durante el partido.
Que los hubo. Desde la seguridad de Iván Cuéllar bajo palos o la contundencia de centrales y laterales -pese a algún error de coordinación, comprensible a estas alturas-, hasta el descaro de Joseba del Olmo, pasando por el saber hacer de Codina o la sensación de que Txiki Lombraña no va a notar el cambio de categoría. Lamentable y lógicamente, también hay más de un debe. Sobre todo, la escasa salida de balón, con un centro del campo más apto para el corte que para la confección, los problemas de los jugadores más adelantados para buscar su hueco sobre el campo o lo largo que se hizo el choque para muchos.
Claro que el rival, en semejantes circunstancias -recién ascendido y con un equipo transformado-, también acumula virtudes y defectos, de ahí que ni el desarrollo ni el resultado final del encuentro entrasen en el capítulo de sorpresas.
La igualdad protagonizó una primera parte sin dominador en la que, sin embargo, el Eibar supo cumplir mejor con su papel de aguantar atrás y esperar su oportunidad. Ésta llegó pronto, a los veinte minutos, cuando se aliaban el toque de Codina y la picardía de Del Olmo, que dejó al jugador vizcaino solo ante Queco Piña para anotar, en doble intento, su primer gol como jugador de Segunda.
Poco más hubo de destacable hasta el descanso, en el que llegaba una de las claves de la reacción gallega, la entrada al campo de Lamatina, al que después se uniría el también entonado Cohen.
Entre el cambio de fichas y el empuje de un equipo que no se resignaba a celebrar su regreso a la categoría de plata con una derrota, la segunda parte estuvo completamente a merced del Racing, frente a un Eibar al que las fuerzas sólo le daban para defender su mínima ventaja; los contragolpes fueron escasos y mal resueltos.
El balón acabó ejerciendo de cántaro y tras un susto a cargo de Romero y en forma de larguerazo, el tanto del empate llegó a nueve minutos del final. Fue Lamatina quien aprovechó el centro de Ceballos y el despiste de la zaga tras la incorporación de Larrañaga para firmar el definitivo 1-1.
No sentó bien el gol de Lamatina en el Eibar, después de haber saboreado la victoria durante tantos minutos y pese a que «es un buen resultado para empezar».
Javier Mandiola reconocía que, nada más concluir el choque, lo agrio superaba a lo dulce «por el momento en que han marcado y porque todavía tenemos el gol muy reciente», aunque también consideraba que «empatar fuera siempre es un buen resultado».
El técnico azulgrana, además, se mostraba satisfecho con el primer tiempo de su equipo. «Creo que ha sido muy bueno y que incluso hemos podido sentenciar el partido», aseguró.
No resultó tan satisfactoria la reanudación, con un Eibar encerrado atrás. Forzado a hacerlo, tal y como explicó su técnico. «El rival ha arriesgado y no nos hemos metido atrás por gusto, sino porque no teníamos frescura en la primera línea de la defensa, que es la delantera. Hemos defendido porque no estábamos preparados para atacar. En caso de duda, lo primero siempre es defender. Y tampoco habría sido justo que nos hubiésemos llevado los tres puntos».