Patrimonio histórico
El castillo de Irulegi ocultaba un poblado de la Edad de Hierro
Que en las inmediaciones del escarpe rocoso donde se encuentran las ruinas del castillo de Irulegi pudiera haber existido un poblado de la Edad del Hierro era una hipótesis razonable. Lo que no esperaban los arqueólogos era que sus vestigios aparecieran tan pronto como arañaran la tierra. Y así es como ha sucedido. La sociedad Aranzadi y los vecinos de Aranguren tienen motivos para estar satisfechos con los resultados de la primera campaña de excavación en Irulegi.
Martin ANSO | ARANGUREN
La de Irulegi es una cima de 893 metros de altura situada en el concejo de Lakidain, en el valle de Aranguren. Desde ella se controla visualmente una amplia zona de Iruñerria y su entorno, que, por un lado, alcanza hasta Axitako Aitzak o Dos Hermanas, en Irurtzun, y, por otro, a tierras de Zangoza. Esta situación estratégica hacía intuir a los investigadores que, incluso mucho antes de que fuera construido allí el castillo medieval, Irulegi hubiera albergado algún tipo de asentamiento. Además, el propio topónimo incluye la partícula iru, que, como en los casos de Iruñea, Irun o Irunberri, habitualmente suele hacer referencia a poblados fortificados protohistóricos. Pero lo que hasta ahora era una hipótesis razonable ha dejado de ser tal para convertirse en certeza a la vista de los resultados de la campaña de excavación que un equipo de la sociedad Aranzadi, en estrecha colaboración con los vecinos del valle, ha desarrollado a lo largo del verano.
«Teníamos en mente la posible existencia de ese poblado protohistórico, pero, la verdad, en nuestros primeros sondeos lo que esperábamos encontrar eran restos de algún asentamiento medieval relacionado con el castillo», reconoce Maider Carrere, directora de las excavaciones, que han concluido esta misma semana. «Sin embargo -añade-, empezamos a trabajar y, a muy poca profundidad, nos topamos con un número importante de estructuras y múltiples restos, sobre todo de cerámica, que testimonian la existencia de un poblado de la Edad del Hierro».
Las dataciones por radiocarbono están aún por hacer, pero, atendiendo a la tipología de la cerámica hallada, los especialistas estiman que los restos corresponden a un asentamiento de entre los siglos II y I antes de nuestra era. Eso, unido a las noticias recogidas de autores latinos clásicos, hace pensar a los investigadores que en Irulegi se encuentran las ruinas de «uno de los poblados vascones más importantes de Iruñerria, que, desde sus 894 metros de altura, dominaba los caminos que confluían en Pompaelo».
Pero la investigación no ha hecho más que comenzar, hace notar Carrere. De hecho, antes de que acabe este mismo año, en octubre, los arqueólogos de Aranzadi tienen intención de volver a excavar en Irulegi.
Un trabajo en auzolan
El Ayuntamiento de Aranguren, interesado en poner en valor el patrimonio histórico del valle, contactó con Aranzadi para ver qué se podía hacer en Irulegi. El Ayuntamiento estaba pensando en el castillo, pero, conocida la posible existencia en el entorno de un poblado protohistórico, acordó con la sociedad que el proyecto afectase no sólo a la fortaleza medieval, sino a la cima en su conjunto.
Este año, los trabajos se han estructurado en tres fases correspondientes, básicamente, a limpieza de los muros del castillo, excavación en las inmediaciones del castillo y excavación en el interior del castillo.
«La primera fase -relata Carrere- tuvo lugar durante los meses de junio y julio. Consistió en el desbroce, en auzolan, de toda la maleza que cubría los restos del castillo, para ver en qué estado de conservación se encontraban y perfilar más o menos el perímetro de la construcción. La verdad es que los vecinos del valle, jóvenes y mayores, se volcaron, algo fundamental, no sólo porque eso ha permitido que el trabajo avance a buen ritmo, sino porque evidencia que la gente siente el castillo y el proyecto de investigación y divulgación a él asociado como algo propio».
La segunda fase, coincidente con un campo de trabajo en el que han participado numerosos jóvenes, se ha desarrollado en agosto y ha estado centrada sobre todo en la realización de sondeos fuera de los límites del castillo, en busca, en principio, de un posible asentamiento medieval relacionado con éste. Son éstos los sondeos que han dado como resultado el hallazgo del poblado de la Edad del Hierro.
La tercera fase está prevista para octubre. Los arqueólogos de Aranzadi volverán a Irulegi para hacer sondeos dentro del propio castillo, con el objetivo de ir determinando qué aspecto tenía. «Apenas existe documentación al respecto -indica Carrere-. Sabemos que contaba con bodega, aljibe y otras dependencias, como todos los castillos, pero no sabemos ni dónde estaban ni cómo eran».
Las primeras noticias sobre la existencia de un castillo en Irulegi se remontan al siglo X. «Son noticias indirectas -aclara Carrere-. Las crónicas musulmanas que dan cuenta de la campaña que Abderramán III dirigió en 924 contra territorio navarro informan de que fueron destruidos varios castillos, entre ellos, uno que, por los datos que aportan, debía ser el de Irulegi. Luego, a partir del siglo XIII, este castillo aparece repetidamente citado en la documentación».
Un castillo beamontés
Al castillo de Irulegi le llegó su hora a finales del siglo XV. Ni siquiera tuvo que esperar a las destrucciones masivas de fortalezas navarras que, para afianzar la conquista castellana, ordenaron el cardenal Cisneros y el duque de Alba apenas unas décadas después. Fue en 1494. El castillo de Irulegi se encontraba en manos de partidarios de Luis de Beaumont, conde de Lerin. Los reyes Juan III y Catalina de Foix decidieron que no podían seguir tolerando que desde aquella altura se pusiera en jaque los accesos a Iruñea y, en consecuencia, ordenaron su demolición. ¿Hasta qué punto se llevó a cabo? Maider Carrere está convencida de que, a pesar de aquella orden y del tiempo transcurrido, el castillo «va a dar mucho juego». En octubre tendrá la primera ocasión de comprobarlo.