Raimundo Fitero
Condimentos
Cuando en la cocina predominan más los condimentos que los fundamentos, estamos hablando de una versión de la gastronomía que huye de su ancestro. Los condimentos sirvieron como barreras naturales para las pandemias, como añadidos festivos, como ocultación de los fuertes sabores provocados por los alimentos al borde de su caducidad. Hoy todo son condimentos. Todo son anécdotas. Los cocineros mediáticos que proliferan con tanta profusión como los tertulianos, acaban todos perdidos en el jardín de las especias, de los condimentos aromatizantes, en los sabores impostados. Esto tiene su correspondencia inmediata en los estantes de nuestros mercados, cada vez ocupan más espacio los condimentos. La cadena funciona.
De Grecia nos llegan imágenes terribles. El fuego es siempre un espectáculo trágico. En todos los lugares los incendios parecen ser provocados, en todos los casos se trata de incendios políticos, con víctimas civiles y efectos demoledores en las jerarquías de los gobiernos. Los elementos y la circunstancias tienen efectos amplificadores, pero parece que detrás de esas docenas de muertes horrorosas en los bosques, o entre los vestigios del pasado, existen intereses teñidos de ambición económica. Es una reiteración de objetivos. La ciudadanía se muestra desesperada, en cada recodo de la carretera espera el horror. Las piedras del patrimonio observan con firmeza una nueva destrucción histórica. Los dioses no responden, están haciendo la quiniela.
Entre los efectos colaterales de estos incendios griegos se destaca la absoluta insolidaridad europea. Mandan ejércitos a defender oscuros intereses en cualquier parte del mundo siguiendo la corneta del mandamás, pero cuando se trata de una solidaridad efectiva, inmediata, dedicada al vecino, entonces empiezan las trabas, los problemas, las demoras, es decir, las omisiones que hacen que todo se convierta en un infierno. El sur de Europa es propenso a la pira. El año pasado fue Galicia, el anterior Portugal o La Mancha, este año le toca a Grecia. Curiosamente se corresponde con las zonas más pobres de la Europa de los 15. No hay casualidades, son condimentos.