Tere Sáez es bien conocida en el ámbito de la defensa de la igualdad de oportunidades entre sexos. Últimamente ha recibido cartas amenazantes, contra ella y contra el conjunto de las mujeres. En el fondo, la polémica que en Nafarroa se produce siempre que se reclama la aplicación de la Ley del Aborto. Es evidente que quienes rechazan toda medida tendente a la equiparación de derechos de mujeres y hombres han elegido a Tere Sáez como icono de la lucha que en Nafarroa se lleva desarrollando en defensa de un derecho que jamás se ha respetado en el territorio, porque la derechona no aguanta la ruptura de una situación que relega a la mujer en todos los ámbitos, incluidas las decisiones sobre su cuerpo, su salud, y su vida.

En Nafarroa, donde las leyes valen aún menos que en el resto de Euskal Herria -donde la ley ha perdido en gran medida su papel regulador de la convivencia- no se ha respetado una norma aprobada en el Estado español hace 22 años. Y quienes se oponen a la realización de abortos han conseguido de forma efectiva negar ese derecho a las mujeres navarras por medio de dos mecanismos. Primero, acogiéndose sistemáticamente a la objeción de conciencia. Segundo, amenazando y castigando a quienes pretenden acogerse a su obligación de practicar las interrupciones del embarazo que les permite la ley española.

El PSN ha abierto la caja de los truenos y los antiabortistas más recalcitrantes han respondido. Y éste ha sido hasta ahora el último capítulo de la serie de graves despropósitos producidos desde que una Ley denominada «de despenalización» del aborto consagrara el carácter delictivo de la interrupción voluntaria del embarazo, dejando -entre otras- a las mujeres navarras indefensas ante una clase política hipócrita, que impide a las mujeres con menos recursos poner en práctica una decisión que siempre han llevado a cabo y siguen haciéndolo quienes pueden pagar una clínica privada fuera de su lugar de residencia. Y con razones menos «terapéuticas» que las que llevan anualmente a centenares de mujeres navarras a interrumpir su embarazo en condiciones generalmente más precarias.