Por segunda vez me han enviado cartas anónimas al Ayuntamiento de Lizarra, que encabezan con unas siglas -J+HS- y despiden con «en los sacratísimos corazones de Jesús y María», contestando a artículos míos. Uno sobre la realidad del aborto en Navarra y otro sobre los 10 años de igualdad en Lizarra, cuyo objetivo, especialmente en la primera carta, era condenarme al fuego eterno y, por supuesto, defender ideas que contradicen la igualdad de oportunidades, mintiendo sobre las actuaciones judiciales y justificando y llamando al asesinato de mujeres.

Como soy firme defensora de la libertad de opinión, les rogaría que se identificaran para poder establecer un debate serio sobre los temas que les preocupan, de tal manera que podamos mutuamente enriquecernos con las argumentaciones de la otra parte.

En caso de seguir mandándome estas cartas, pensaré que su objetivo no es aclarar ideas y conceptos conmigo y con la sociedad, sino amedrentarme, excomulgarme y, por supuesto, intentar que deje de escribir y opinar. Lo siento, pero en esto intuyo que en nada les voy a dar la razón.