CRÓNICA | Crisis financiera
Crece la presion ante Trichet para que no suba los tipos
La presión crece sobre jean-claude trichet para que no suba del 4% los tipos de interés. Algunos analistas insinúan que mantendrá el precio del dinero en esa cifra, pero desde la CES se exige que se reduzcan para que beneficie a la economía doméstica y al empleo. Se trata de equilibrar las compensa- ciones, ya que el BCE salio en ayuda de los mercados financieros, no así de la economía de miles de ciudadanos atrapados por el encarecimiento de sus hipotecas.
Juanjo BASTERRA
Jean-Claude Trichet, presidente del Banco Central Europeo (BCE), tiene en sus manos la posibilidad de rebajar los tipos de interés y evitar que la economía doméstica sufra aún más por el encarecimiento del dinero. Supondría dar una alegría a miles de ciudadanos, pero no parece que esa sea su actuación más probable. Ya se sabe, los grandes bancos están al servicio de quienes más tienen y siguen el juego de los especuladores. No tienen en cuenta que haya muchas hipotecas atrapadas por sus altos costes, ya que la referencia Euribor lleva dos años subiendo de manera imparable. Una nueva subida de los tipos provocaría un «desenlace fatal» para la economía doméstica. Eso se conoce entre las cajas y bancos, que han visto aumentar la morosidad. Para ellos, la reducción del precio del dinero en los últimos cinco años provocó la necesidad de salir «a la caza del negocio» en el sector inmobiliario y, por otro lado, en el incremento de las comisiones que los dueños del dinero, es decir los clientes, pagan por el uso de sus ingresos. Las comisiones suponen el 10% del beneficio de las entidades financieras. Como se dice de forma popular: el que no corre, vuela.
La situación es grave. Los bancos centrales no habían salido al unísono en apoyo de la economía hasta la fecha y están intentando diluir esa situación de emergencia, que ha estado provocada por los insaciables especuladores financieros.
Las autoridades europeas están adelantando que la barrera actual del 4% de los tipos de interés no debe superarse, sobre todo en un momento delicado como el actual.
Trichet puede equilibrar la balanza para beneficiar a la economía doméstica, lo mismo que hizo con los especuladores en agosto con la crisis financiera nacida en Estados Unidos a raíz del impago de hipotecas de alto riesgo, conocidas por «subprime». El Banco de Pagos de Basilea (BRI) ha reconocido que entre mayo y agosto la liquidez del sistema financiero «se contrajo». Una grave situación que obligó, como reconoce esa institución de Basilea, a salir «en socorro» de la actividad, ya que provocó un aumento del 20% de los créditos transfronterizos en pocos meses. La Reserva Federal de estados Unidos (Fed) ha inyectado 108.000 millones de euros y el BCE, otros 275.000 millones. En el otro lado de la balanza, las hipotecas de la economía doméstica no se reducen al encarecerse el precio del dinero. Se calcula que en poco menos de dos años, las cuotas hipotecarias se han encarecido en un 23%, lo que ha disparado las alarmas.
Por eso, mañana el BCE tiene la oportunidad de reducir los tipos, una vez que se ha conocido que la economía de la zona euro creció el 2,5% entre abril y junio en relación al mismo periodo del 2006, mientras que el avance en el conjunto de la UE fue del 2,8%, según los últimos datos de Eurostat. Confirman la desaceleración de la economía europea, ya que en el primer trimestre el crecimiento fue del 3,2% y del 3,3%, respectivamente. También se conoció ayer que la inflación interanual hasta julio, según la OCDE, bajó en la zona euro del 1,9% al 1,8%.
La Confederación Europea de Sindicatos (CES) ha planteado al BCE una reducción de los tipos de interés y la puesta en marcha de una normativa comunitaria de los mercados financieros, a fin de evitar una crisis similar a la estadounidense. Según Reiner Hoffmann, secretario general de esa organización sindical, en el momento actual Jean-Claude Trichet «debe dar marcha atrás» a sus pretensiones iniciales de aumentar los tipos de interés del 4% al 4,25%. De ser así, la CES considera que tendría un efecto negativo no sólo para la creación de empleo en el conjunto de Europa, sino que «dañaría aún más el crecimiento económico». Los analistas financieros consideran que el BCE no seguirá los consejos de la CES y, en el mejor de los casos, aplazará la subida hasta que pasen los efectos negativos del primer impacto de la crisis hipotecaria estadounidense.