La primera de las películas que se vieron ayer, ``I'm not there'', está firmada por Todd Haynes y enseña la vida de Dylan a través de múltiples protagonistas, entre ellos uno que trajo a la Mostra una nueva estrella: Richard Gere. El film, con pretensiones, trata de narrar la historia de los Estados Unidos en el siglo XX.

Según los expertos, el personaje de Gere intenta representar la América tradicional, la apegada a la tierra, la más rural y conservadora. «¿Quién es mi personaje? Es Billy the Kid, pero es un arquetipo. Y es un arquetipo también artístico», dijo Gere en la presentación del filme.

Otro protagonista es un niño negro, interpretado por Marcus Franklin, que vendría a simbolizar el racismo, pero también la aportación musical que esa minoría ha hecho a la historia del país, empezando por el blues, del que, a su vez, mama Dylan.

Y así hasta completar los siete personajes, uno de ellos, el del Dylan de los años 1964 y 1965, interpretado por la actriz Cate Blanchett. La caracterización e imitación de la voz del cantautor hacen pasar a Blanchett por el mismo Dylan, lo que sin duda ha sido uno de los aciertos de Haynes.

El director comentó que la película es «una expansión sobre Bob Dylan y su obra, y no una reducción, como han pretendido muchos». Señaló que, quizá por ello, obtuvo permiso del cantante para esta biografía. «Es imposible reducir a alguien tan grande y que ha luchado toda su vida por saber quién es», agregó el también autor de ``Safe'' y ``Far from Heaven''.

Toque mitómano

La película exige el conocimiento previo de la vida de Dylan para poder comprenderse algunos de sus pasajes, lo que hace que caiga a veces en la mitomanía, reflejada por las declaraciones de Gere en la rueda de prensa: «No hay ningún otro artista en Estados Unidos tan influyente como él». Gere llegó augurar que Dylan será reconocido como un gran artista dentro de 300 años ó 400 años.

La segunda película en concurso proyectada ayer, ``Il dolce e il amaro'', narra la historia del hijo de un mafioso y de cómo, sin darse cuenta él, termina por ser también un miembro de ``Cosa Nostra''. Con vocación de ser transmitida por televisión, el director sostiene que no ha hecho una película sobre Cosa Nostra «sino acerca de un hombre cualquiera que, por casualidad, nace en un contexto social que lo lleva a afiliarse a la organización».

La taiwanesa ``Bangbang wo aishen (Help me eros)'', de Lee Kang Sheng, tiene una aspiración más escandalizadora que provocadora, con escenas de alimentos, cocina y sexo que procuran provocar asco, en medio de la psicodelia de las discotecas de la década de los años 2000. «Es una película autobiográfica», aseguró Kang Sheng, que explicó que ha querido «representar la juventud de Taiwán y la del mundo entero, que vive bajo una gran presión».