Maite SOROA
Los cañones del PP tiran a dar
Desde que los de la movidilla intransigente anunciaron el alumbramiento de un nuevo partido españolista -por propia definición- las baterías del PP han iniciado un cañoneo brutal sobre su línea de flotación. Cada día sacan un nuevo campeón al escenario para cortarles las alas a los de Díez, Savater y compañía.
Ayer le tocó el turno a Iñaki Ezkerra, al que los rosacruces intuían colega. Decía Ezkerra en «La Razón» que no tiene nada que ver con la platarosa porque «a mis cincuenta años ya no estoy para afiliarme a ningún partido ni aguantar la disciplina y las tonterías que impone la militancia política en general. Bastante tiene uno con seguir en el Movimiento Cívico, que es una militancia light, algo así como ser hermano de La Salle, como estar ordenado pero sin poder administrar los sacramentos propios del sacerdote. Con eso y con apoyar a Rajoy para que eche a Zapatero de La Moncloa es suficiente». Le parecerá barro...
Y dice el melenitas que «mi faceta masoquista ya me la satisface mi sufrido trato con el PP y no necesito ni del tacón de Rosa Díez ni de la fustita de Savater para sentirme realizado en la vida». O sea, que lo de los Pro es masoquismo puro. Si él lo dice...
Para que el argumento parezca serio, el campeador del PP le da un pellizco también a los suyos: «En lugar de lamentar el nacimiento de una formación política que le puede quitar votos lo que debe hacer el PP es ganárselos luciendo a las personas que representan los valores que puede representar el partido rival pero mejor aún que ese partido». Y así llega al meollo del asunto: «el que tiene que volver es Jaime Mayor». Mira tú por dónde sale Ezkerra.
Y concluye con su argumento más poderoso: «No seré yo quien discuta la altura de Rosa con o sin tacones, pero ésta no llega a la de Jaime Mayor. Y no por ser la de Rosa. Es que la talla de Jaime no la tiene nadie. ¿Quién posee su currículum de firmeza contra ETA? ¿Quién nos hizo ver que la podíamos derrotar? Sin Jaime Mayor no habría sido posible Ermua. En vez de preocuparse tanto por los otros lo que el PP tiene que hacer es convertir esas elecciones en la versión patriótica de las del 82, desplegar toda la artillería carismática que tiene porque la tiene, toda la infantería civil de su gente preparada e íntegra, toda su vanguardia paisana y moral». Todavía falta lo mejor.
Y es que, según Ezkerra, el PP tiene que sacar de paseo a la Santa Compaña: «En estas elecciones tiene que ir Gallardón detrás de Rajoy, pero no sólo Gallardón sino también Esperanza Aguirre, Rato y también María San Gil (...) Jueguen la carta vasca. Lleven a sus héroes y a sus mártires, a los exiliados con el cura de Maruri a la cabeza y arrasarán en estas elecciones dichosas». ¿También el cura de Maruri? ¡Qué bueno!