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Fallece Luciano Pavarotti

El mundo entero llora la muerte del tenor que popularizó la ópera

Luciano Pavarotti, el tenor más popular de la segunda mitad del siglo XX, falleció ayer a los 71 años de edad en Módena (Italia), su ciudad natal, aquejado de un cáncer. Llegó a ser el cantante mejor pagado de la historia gracias a una inconfundible, luminosa y resonante voz. Figura clave en la popularización de la ópera, ofreció conciertos multitudinarios junto a otros grandes del bell canto y también de estrellas del rock.

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GARA0 | MADRID

Después de toda una vida dedicada a la lírica, en 2005 Pavarotti se vio obligado a anunciar su inminente retirada de los escenarios debido a un cáncer de páncreas que, poco a poco, iría agudizándose, hasta provocarle la muerte en la madrugada de ayer. Su médico indicó que el tenor estuvo siempre «muy sereno», consciente de la situación e intentado luchar contra la enfermedad. En sus últimas horas, el cantante estuvo acompañado de su mujer y sus hijas.

Luciano Pavarotti -que el pasado martes recibió el Premio Excelencia, que otorga el Ministerio de Cultura italiano por su trayectoria y su aportación a la cultura italiana- fue el único hijo varón de una familia de panaderos. Tras cursar estudios en la Scuola Magistral, en 1955 comenzó a dar clases de canto con Arrigo Polo y Ettore Campogalliani. Su debut fue en el coro de Módena junto a su padre, en 1961, en Reggio Emilia en «La Boheme». Tras actuar en Glyndebourne en 1964, con Idamante de Mozart, debutó en los escenarios americanos en 1965. Después vendrían giras y éxitos en los principales teatros de Europa y América. Pavarotti acudió varias veces a la temporada de ópera de Bilbo y en 1998 actuó ante 30.000 personas en San Mamés con motivo del centenario del Athletic.

Su inconfundible, luminosa y resonante voz en las interpretaciones de Nemorino de «L'Elisir d'Amore», Radamés de «Aída», el príncipe Calaf del «Turandot» y Otello de Verdi, entre otros papeles, le convirtió en uno de los grandes tenores contemporáneos y en el mejor pagado de la historia. Además, la retransmisión por televisión en 1977 de «En vivo desde el Met» situó a Pavarotti ante la mayor audiencia en la historia de las óperas televisadas. Las grandes ventas de su discografía le convirtieron definitivamente en el tenor más popular de la segunda mitad del siglo XX. Durante los ochenta y principios de los noventa, Pavarotti ofreció recitales multitudinarios. Su nombre aparece en el Libro Guinness por la ovación de una hora y siete minutos que le tributó la Opera de Berlín en 1988. Las actuaciones junto a los tenores españoles José Carreras y Plácido Domingo también fueron famosas y le hicieron recorrer el mundo bajo el nombre de «Los tres tenores». En 1992 creó un festival que, con el paso de los años, se ha convertido en un clásico, el Pavarotti & Friends, en el que se conjuga la lírica con géneros como el pop, el jazz y el rock.

En 1982 publicó su autobiografía «Mi propia historia», escrita en colaboración con William Wright. Existe otra biografía de su ex mánager Herbert Breslin y la periodista y crítica Anne Midgette. En enero de 2003 su compañera sentimental, Nicoletta Mantovani, dio a luz prematuramente a dos mellizos, pero sólo uno de ellos sobrevivió. Se casó con ella de segundas nupcias a los 68 años. Pavarotti ya tenía tres hijos de su matrimonio con Adua, de la que se separó cuando comenzó la relación con su secretaria.

En 2005 Pavarotti anunció su inminente retirada de los escenarios, pero regresó con una gira mundial en 2006 que finalmente se canceló en junio de ese año para someterse a una operación del cáncer que padecía. Los funerales se celebrarán este sábado en la catedral de Módena, donde ayer quedó instalada la capilla ardiente, visitada ya por miles de personas.

En pocos minutos la noticia de su fallecimiento dio la vuelta al mundo, convirtiéndose en portada de numerosos medios de comunicación. Durante todo el día, Italia lloró la pérdida de este grande símbolo de la música operística. Los diarios sacaron ediciones especiales y las televisiones dedicaron amplios programas a su figura. En la Ópera de Viena y otros teatros ondeó una bandera negra en señal de luto. Las manifestaciones de duelo tampoco se hicieron esperar, empezando por las de las autoridades italianas, con el presidente de la República, Giorgio Napolitano, y el primer ministro, Romano Prodi a la cabeza. Asimismo, mandatarios de todo el mundo hicieron llegar su pésame. No obstante, el adiós más encendido llegó desde los mismos escenarios de la ópera, donde Pavarotti tenía a sus grandes amigos y compañeros de profesión. El maestro Zubin Mehta, quien colaboró con Pavarotti frecuentemente a lo largo de dos décadas, dijo que éste «marcó una norma que permanecerá con con nosotros por décadas» y que «siempre lo hizo todo con gran alegría». En realidad, todos sus compañeros coincidieron en destacar el buen humor, el entusiasmo y la cercanía de Luciano Pavarotti. El tenor dejó escrito en su página web su deseo de ser recordado «como cantante de ópera, es decir, como representante de una forma de arte que logra su máxima expresión en mi país», porque «una vida en la música es una vida maravillosamente empleada».

«Fue el Mesías de los tenores», aseguró Roberto Alagna. «Me decía que a las personas fuertes nunca nadie nos llevaría», expresó Montserrat Caballé, quien añadió que «nos enseñó a quienes le conocimos a ser solidarios». La guipuzcoana Ainhoa Arteta, por su lado, mostró su «tristeza enorme» ante esta «gran pérdida», mientras la mezzosoprano Teresa Berganza, también «muy afectada» por la muerte del tenor, amiga personal desde hace cuarenta años, destacó que «era amable, tierno, divertido, cariñoso y muy entrañable». Algunos de los grandes exponentes de la música moderna también dirigieron palabras de reconocimiento al tenor, como el cantante de U2, Bono, quien se refirió a Pavarotti como «un gran volcán de hombre que cantaba fuego», considerando que «su vida y su talento eran grandes, pero su espíritu de servicio por los más débiles y vulnerables lo era todavía más».

voz luminosa

Su inconfundible, luminosa y resonante voz le convirtió en uno de los grandes tenores contemporáneos y en el mejor pagado de la historia. Las grandes ventas de su discografía rompieron moldes.

retirada

En 2005 anunció su inminente retirada de los escenarios, pero regresó con una gira mundial en 2006 que finalmente canceló en junio para someterse a una operación del cáncer de páncreas que padecía.

Llenó Estadios

Pavarotti fue el primer cantante lírico que llenó estadios con conciertos multitudinarios. Su nombre aparece en el Libro Guinness de los récords por la ovación de una hora y siete minutos que recibió en Berlín en 1988.

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