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Iñaki Lekuona Periodista

Un estado en quiebra

El primer ministro francés levantó el viernes una enorme polvareda con unas declaraciones asombrosas : «Estoy a la cabeza de un estado en quiebra financiera». Dejando de lado la egolatría del jefe de gobierno que se cree jefe de estado -si yo fuera Nicolas Sarkozy me andaría con ojo-, en algo tiene razón François Fillon. El Estado está en quiebra. Pero no económica, que los Estados no son empresas que puedan naufragar en el océano del libre mercado.

Segundos después de haber abierto la boca dejando boquiabiertos a los demás, el propio primer ministro intentó cerrarlas todas rectificando con algo así como «bueno, más que quiebra financiera, es una quiebra del sistema». En efecto, hay una quiebra del sistema francés que durante años había apostado por extender a todas las capas sociales el estado de bienestar. Pero hay que tener cara para anunciar una quiebra que es el resultado de una política practicada por el Gobierno que él dirige.

Desde la debacle socialista, los sucesivos gobiernos de la derecha se han dedicado al oficio del recorte social y al beneficio del desmantelamiento y privatización de las empresas públicas, todo ello para el alivio de la presión fiscal de las grandes empresas. Ahora nos viene monsieur Fillon con las rebajas, llorando al personal con que la Seguridad Social tiene un déficit de casi una docena de miles de millones de euros, y que si las prestaciones por jubilación están en el aire, y que habrá que apretar el cinturón de la economía doméstica... Claro que el Estado francés está en quiebra. El primer ministro lo sabe bien, puesto que él mismo ha ayudado a quebrarlo. Sólo en este verano el Estado ha dejado de ingresar quince mil millones de euros en algo así como unas vacaciones fiscales que Nicolas Sarkozy ha decidido graciosamente conceder a la patronal.

El Estado francés está en quiebra porque su esencia social está siendo destruida. Y mientras esto ocurre, gran parte de la sociedad francesa se deja cegar por el miedo al inmigrante, que si no es delincuente arrebata empleos, y cierra los ojos ante las expulsiones de familias enteras. Será que gran parte de la sociedad también está en quiebra. Quizá lo estemos todos.

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