El Parlamento libanés se vio obligado ayer a retrasar hasta el próximo 23 de octubre la sesión para elegir al presidente de la República. El objetivo de esta nueva convocatoria es tratar de llegar a un acuerdo entre la mayoría antisiria y prooccidental y la oposición para consensuar un nombre que permita superar la crisis en la que está sumida el país árabe.

La ausencia de los diputados de la oposición impidió que el Parlamento alcanzara el quórum de dos tercios requerido en la primera votación de la elección presidencial.

«Hemos venido para elegir un presidente de la República. Queremos ahorrar a Líbano y a los libaneses los peligros de un vacío de poder», declaró el vicepresidente del Parlamento, Farid Makari, miembro de la mayoría antisiria.

«No ha habido consenso en torno a un candidato, por lo que no ha habido quórum en la sesión de hoy [por ayer]», destacó el diputado Hussein Hajj Hassan, de Hezbollah, la principal formación de la oposición prosiria.

Según la Constitución libanesa, en la primera vuelta de la elección presidencial es necesario un apoyo de dos tercios, mientras que en las votaciones siguientes basta con la mayoría simple.

La oposición considera que puede bloquear la elección presidencial no acudiendo al Parlamento e impidiendo que la sesión se constituya oficialmente. Los diputados que apoyan al Gobierno antisirio piensan, en cambio que la frustrada sesión de ayer es la primera vuelta de la votación, por lo que podrían nombrar un presidente únicamente con la mayoría simple de la que disponen en la Cámara.

Una postura de este tipo podrían incrementar la tensión en Líbano entre las formaciones anti y prosirias.

En este sentido, un diputado de la mayoría antisiria, Samir Frangieh, calificó la sesión parlamentaria convocada para el 23 de octubre como «la última oportunidad que tenemos para elegir un presidente por mayoría simple si no llegamos a un consenso».

Nabih Berri, presidente del Parlamento y miembro de la oposición, en cambio, destacó que la sesión de ayer no contabiliza como una primera vuelta, por lo que el 23 de octubre seguirá siendo necesaria una mayoría de dos tercios de diputados para nombrar al presidente.