Los diputados del Partido Laborista de los Países Bajos (PvdA) decidieron ayer que no apoyarán una iniciativa parlamentaria para convocar un referéndum sobre el nuevo Tratado de la UE, lo que cierra la vía a que el Congreso organice una consulta por su cuenta.

El Gobierno de los Países Bajos ya anunció el pasado viernes que no permitirá un nuevo referéndum, aunque aún quedaba la posibilidad de que hubieses una convocatoria por parte del Parlamento.

Ayer, tras varias horas de reunión a puerta cerrada, el presidente de los laboristas en el Congreso, Jacques Tichelaar, anunció a la prensa que «la gran mayoría» de los diputados del PvdA está en contra de la celebración de la consulta.

Tichelaar explicó que los laboristas basan su decisión en el hecho de que el Tratado «no tiene carácter constitucional, por lo que no procede la celebración de una consulta popular».

La postura de los laboristas, que cuentan con 33 escaños en la Cámara Baja, es decisiva para que prospere o no la iniciativa del izquierdista Partido Socialista (SP, 25 escaños) de organizar un referéndum desde el Parlamento.

Miedo a la consulta

El Gobierno de los Países Bajos decidió el pasado viernes que no convocaría un nuevo referéndum sobre el Tratado de Reforma de la UE, cuyo texto se está negociando sobre la base del acuerdo de la Cumbre de la UE de junio pasado.

El Ejecutivo holandés siguió de este modo la recomendación del Consejo de Estado, el cual opinó previamente que, una vez modificado el texto que rechazaron los holandeses en referéndum en 2005, no es necesario someter el nuevo tratado a consulta ciudadana.