Alberto Iglesias, premio Ama Lur
Iratxe FRESNEDA
Periodista y profesora de Comunicación Audiovisual
Hace treinta años, durante el mes de julio de 1968, se estrenaba en el teatro Victoria Eugenia, la película «Ama Lur» de Fernando Larruquet y Néstor Basterretxea. Aquéllo fue lo que después algunos denominaron el inicio del cine vasco moderno. La obra llevaba dos años tratando de esquivar la censura franquista, que veía en el largometraje la amenaza del nacionalismo. Pero los autores, hábilmente, sortearon las dificultades de la censura y mostraron «al mundo» su poética visión de Euskal Herria. Cuentan que «Ama Lur» fue recibida en el teatro Victoria Eugenia sin demasiadas alabanzas. Sin embargo, la proyección que poco después se organizó en el cine Astoria, con un público menos «elitista», resultó ser todo un éxito.
Con «Ama Lur», Larruquet y Basterretxea cumplieron con dos de sus propósitos más importantes; el primero, demostrar que era posible un cine sobre y desde Euskal Herria, con capacidad de interesar al público, y el segundo, denunciar la situación de represión que vivía Euskal Herria con el franquismo. Su otro objetivo, la búsqueda de un lenguaje cinematográfico vasco, quedó, digamos, «en construcción».
El camino abierto por «Ama Lur» lo frecuentan ahora personalidades como Javier Aguirresarobe, Benito Ansola, Luis de Pablo o Antxon Ezeiza, todos ellos merecedores del premio. Hoy Donostia hace las veces de escaparate para el mundo del celuloide de Euskal Herria y su premio Ama Lur, destinado a reconocer la trayectoria de nuestros artistas, se irá con el músico y compositor Alberto Iglesias.
Título original: ``Siete mesas de
billar francés''.
Dirección: Gracia Querejeta.
Guión: Gracia Querejeta y
David Planell.
Fotografía: Ángel Iguacel.
Música: Pascal Gaigne.
Montaje: Nacho Ruiz Capillas.
Productor: Elías Querejeta.
Intérpretes: Maribel Verdú,
Blanca Portillo, Jesús Castejón,
Víctor Valdivia, Raúl Arévalo, Ramón Barea, Lorena Vindel, José Luis García-Pérez .
País: Estado español.
Duración: 118 m.
protagonista de «Siete mesas de billar francés»
Blanca Portillo fue durante muchos años «la mujer sin rostro». Ahora, en su mejor momento profesional, dice que prefiere «una carrera lenta, echando raíces» y afirma que «lo esencial de un personaje es aquello que se oculta».
Gracia Querejeta construyó el personaje de Charo pensando expresamente en usted. ¿Cómo se tomó la noticia?
Es un honor y una responsabilidad que construyan un personaje para ti, porque ya no se trata de encajar en el molde de otro, sino en buscar con ahínco lo que Gracia planteaba en el guión. Es una cineasta delicadísima y una gran trabajadora de lo oculto, capaz de crear personajes hondos y muy de verdad.
¿Cómo es el personaje de Charo?
Conocía la medida de ese personaje tan rico, con dos facetas paralelas: Lo que siente y lo que muestra. Es frágil, vulnerable... Le duele la vida y se defiende con un acidísimo sentido del humor; y pasa por todo tipo de estados, sobre todo los que no muestra.
Con un sólo gesto es capaz de transmitir muchísimo, ¿cómo se consigue?
Hace años que sigo el lema de un viejo profesor: gesto contento, parco movimento y hondo sentimento. En la vida nos expresamos a través de pequeños gestos y al interpretar, se trata de trabajar más hacia dentro que hacia fuera, porque lo más interesante está en lo que no se ve, lo que no se muestra.
Con más de 15 años de carrera a sus espaldas, ha realizado muchos papeles en series de televisión y películas, pero su rostro no cuajó en la memoria colectiva de los espectadores hasta la serie «7 Vidas». ¿Cómo recuerda todo aquello?
Hubo parte de suerte, pero también fue la cosecha de todos esos años, en los que nunca dejé de subirme al escenario para alimentarme. Fue duro estar aguantando tanto. Pero prefiero que fuera así, echando raíces, fuera de modas y rostros que aburren.
¿Y cómo vivió el momento en el que suena el teléfono y es Almodóvar para trabajar en «Volver»?
No creí que encajara en su mundo. Al final me dije «es nuestro representante más importante en el mundo. ¡Algo vas aprender!» Y entré en un mundo, en un nivel que asusta. Pero, como tengo una buena toma de tierra, no se me va la cabeza.
En estos momentos, además, está a punto de volver a trabajar con él.
Sí, pero no sé nada más. Hablé el otro día con él y me dijo que había estado en su memoria, en su cabeza y en su escritorio todos estos meses. Va a ser un viaje muy bonito.
GARA
Jatorrizko titulua: ``Ceot oi kap gei''.
Zuzendaria: Pang Ho-Cheung.
Interpreteak: Simon Yam, Annie Liu, Nick Cheung eta Irene Wan.
Herria: Hong Kong.
Iraupena: 94 m.