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Querejeta presenta a mujeres que intentan «quitarse al muerto de encima»

«Siete mesas de billar francés», el último trabajo de Gracia Querejeta, rebosa simpatía y buen humor, quizá para contrarrestar el drama con el que arranca el filme: la muerte de Leo. Este personaje, del que se desmenuza su personalidad a medida que avanza la historia, condiciona la vida de su hija Ángela, su pareja Charo y un grupo de amigos, los billaristas que se solían reunir en su local. Después de su muerte, su hija, interpretada por Maribel Verdú, reabrirá el billar.

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Rebeka CALVO | DONOSTIA

La finalidad de los personajes de «Siete mesas de billar francés» es clara, aunque difícil: «Quitarse al muerto de encima», tal y como aclaró su directora, Gracia Querejeta, que vuelve al Zinemaldia después de participar hace algunos años con «El último viaje de Robert Rylands» y «Cuando vuelvas a mi lado», con la que ganó el Premio del Jurado a la Mejor Fotografía y una Mención Especial del Jurado.

El muerto no es otro que el padre y pareja de las dos protagonistas principales: Ángela, interpretada por Maribel Verdú, y Charo, Blanca Portillo. Pero prácticamente todo el reparto tiene el mismo peso encima, el del muerto, del que poco a poco se desvela su fuerte personalidad. A pesar del drama que representa esta muerte en un principio, después no lo es tanto, y este peso, además, se aligera haciendo uso de grandes dosis de humor.

La historia parte del pasado, de la sala de billar el fallecido, donde se reencuentran todos los personajes y vuelven a poner en marcha el billar. Aunque en esta ocasión, con carácter femenino, ya que son Ángela y Charo quienes lideran el proyecto, con la ayuda de Antonio, Jesús Castejón, el hombre «con alma femenina», señaló bromista Maribel Verdú en la presentación de la cinta.

«La película no es acerca de un billar, sólo es el telón de fondo. Aunque gracias al billar, el reto para ellas -por Maribel Verdú y Blanca Portillo- es doble, puesto que es un mundo masculino. De todas formas, ellos entienden que las que mandan son ellas», explicó la directora de trabajos como «Héctor» o «¡Hay motivo!».

El gran objetivo de Ángela es recuperar tanto el local como el grupo de billaristas del que fue líder su padre. Un grupo que «sostienen a las chicas para adelante» y que derrocha simpatía.

Junto a Verdú y Portillo, a la que sorprendieron en la rueda de prensa haciéndola casi ganadora ya de la Concha de Plata a la mejor interpretación, también intervienen en la cinta otros actores como Ramón Barea en el papel de Jacinto, que vuelve a trabajar con Querejeta y que destacó la «enorme delicadeza» de la directora mientras desempeña su trabajo.

Raúl Arévalo, Enrique Villén, Lorena Vindel y el pequeño Víctor Valdivia, que interpreta a Guille, el hijo de Ángela, son otros de los actores de «Siete mesas de billar francés».

El filme también cuenta con la colaboración de Amparo Baró, que aunque no tenga un peso específico en el trabajo sí que deja en el aire una pregunta que Querejeta espera que responda cada uno de los espectadores: «¿Para qué sirven los viejos?».

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