Una temporada más, la selección Gipuzkoa-Moyua ha vuelto a dar la oportunidad de gozar de una enriquecedora experiencia de formación a los corredores y a los clubes guipuzcoanos. En 2007, los ciclistas han tenido la oportunidad de competir en 11 pruebas, de carretera y pista, del más alto nivel internacional. Las últimas fueron la semana pasada en Italia.

El equipo ha competido en Bélgica, el Estado francés, Flandes, Ipar Euskal Herria, Luxemburgo e Italia. Gracias a su actuación en las últimas carreras italianas, Zabaleta (Bidelan) se ha quedado cedido en el Unidelta amateur del ex profesional Bruno Leali.

Estas competiciones no son más que «una oferta de experiencias» a los corredores de la Federación Guipuzcoana, presidida por José Luis Arrieta, y siempre como un complemento a las actividades de los clubes. Al margen de las 11 pruebas disputadas, el plan de trabajo ha incluido concentraciones, jornadas de tecnificación y entrenamientos. Asimismo, hay que destacar los numerosos controles médicos. La formación no sólo se ha reducido a los corredores, sino que los técnicos también han podido ampliar su experiencia.

En total, 69 corredores (30 elite y sub 23 y 39 juveniles) han participado en las diferentes competiciones y en las concentraciones. El nivel de las carreras ha sido alto. Un reflejo es el Campeonato de Europa junior; el francés Taillefer y el noruego Haavardsholm, segundo y tercero, respectivamente, compitieron en alguna prueba con Gipuzkoa-Moyua.

Una estructura estable

La firma de un convenio de cuatro años con la Diputación, hasta 2008, y la firma de patrocinio con Construcciones Moyua en 2005 revitalizaron el trabajo de un proyecto que se inició en 1997. Así que desde 2004, la selección se ha dotado de una estructura fija y un plan de formación amplio.

Ese impulso nació por la necesidad de reordenar el ciclismo guipuzcoano, de ayudar a los clubes y de mejorar la formación. El objetivo es crear una selección con un marco estable que permita la mejor evolución posible de los corredores.

El plan de trabajo comienza en el primer año de juveniles y ya a final de la temporada se selecciona a un grupo de cadetes. Las competiciones internacional no son sino el mayor reflejo de la formación. El plan incluye estudios biomecánicos y ergonómicos, así como un trabajo con pulsómetros y SRM y controles médicos.

El seguimiento -previsión, evaluaciones y análisis final- se concentra en unos 20 corredores, según la necesidad de cada uno y la capacidad de sus respectivos clubes, y ese calendario de actividades siempre respeta los ciclos educativos de los ciclistas.

Todo este trabajo es posible gracias al clima de entendimiento entre todos los clubes guipuzcoanos. Asimismo, hay que subrayar la colaboración de los profesionales guipuzcoanos, que en la mayoría de los casos han pasado por este proyecto de formación que comenzó con motivo de la celebración del Mundial de Donostia.