GARA > Idatzia > Mendia

Alpinismo Apertura en el Karakorum

Shipton Spire artificial extremo y en solitario

Sílvia Vidal, tras 21 días de permanencia en pared, ha abierto la vía «Life is lilac» (870 m, A4+/6a) en el espolón noreste del Shipton Spire. La escaladora catalana ha realizado la actividad de forma totalmente autónoma.

Andoni ARABAOLAZA | DONOSTIA

El pasado 14 de agosto recibíamos un e-mail de Sílvia Vidal: «Hola. Te escribo para contarte que acabo de regresar de Pakistán, del Shipton Spire...». Tras echar un rápido vistazo a la información, nos alegramos, una vez más (eso sí, siempre desde la distancia), de la actividad realizada por la alpinista catalana. Y es que en muchas de las escaladas de Vidal encontramos un pequeño oasis que rompe con la abrumadora tendencia actual en gran pared. La apuesta del artificial extremo y en total autonomía tiende a pasarse de moda, seguramente por la implicación que conlleva dicha actividad, y es ahí donde la protagonista de estas líneas no quiere dejar en el olvido esta experiencia porque, como bien señala, «de vez en cuando necesito intensidad, y en solitario es mucho más intenso que escalar en cordada. Porque en solitario implica silencio, y el silencio lo considero importante para poder escucharse».

Y nos alegramos también porque su apuesta alpina tiene un aspecto doblemente alternativo. Esta segunda se traduce en la apuesta de salirse del camino trillado. Y me explico. El nuevo reto de Vidal se ha llevado a cabo fuera de la cara sureste donde se han creado la mayoría de las líneas del muy popular Haina Brakk o Shipton Spire (5.845 m, grupo del Uli Bihao, Karakorum, Pakistán): la de la catalana, en el espolón noreste, es la segunda línea de esa cara.

La actividad veraniega de la alpinista en el Karakorum se traduce en la apertura en solitario de una nueva vía: «Se llama Life is lilac (La vida es de color lila) y llega hasta la primera aguja. En total son 850 metros de recorrido, y termina justo a 5.300 metros de altitud. Mi objetivo era hasta este punto, a partir del cual se debería enlazar con la ruta Ship of Fools (5.11, A2, WI6, 27 largos, 1.300 m, Ogden-Synnott, 1997) si se quiere ir a la cumbre. No era mi plan inicial, pues son largos de dificultad de travesía y fui en solitario. Así que desequipar los largos y rapelarlos en solitario no me parecía buena idea. ¡No para mí!».

Totalmente autónoma

Tras el pertinente trekking hasta el campamento base, Vidal se pone manos a la obra. Antes de empezar a darle a las dificultades de la escalada, decidió montar un campo avanzado para estar más cerca de la pared: «Lo monté en el glaciar a 4.640 metros, y me instalé allí sola. Durante las siguientes ocho jornadas estuve porteando desde el CBA hasta la base de la pared, un trayecto de una dos horas y media».

Todo estaba a punto para el comienzo de la escalada. Para abrir boca, Vidal fija los primeros 200 metros de la nueva vía. Según adelanta la escaladora, las primeras tiradas son las de mayor dificultad técnica. La razón, en gran parte, es bastante simple: a diferencia de las rutas de la cara opuesta, ésta es una zona con poca línea natural. Por ello salió dura, con largos de hasta A4+ y varios de A4: «Esta primera sección se caracteriza por ser bastante tiesa, sin líneas naturales, con pequeñas lajas expanding... La parte media de la vía, en cambio, es de escalada en fisuras. Gracias a ello pude escalar en libre hasta 6a, apurando lo máximo, pero el peso que llevaba no me permitía moverme más en libre. Por último, la parte superior tiene un poco de mixto. La vía empieza por la cara noreste, a mitad del trayecto se pasa a la noroeste y de nuevo vuelve a la noreste».

Aparte del propio transporte del material y de su escalada en solitario, la catalana tuvo que soportar los envites de la cruda meteorología: «Pasé 21 días en pared (20 vivacs), y de todas esas jornadas 12 me nevó e hizo muy mal tiempo. Como no tenía más días para poder seguir allí, tuve que escalar en esas condiciones».

Tras 850 metros de escalada y superar dificultades de A4+/6a, Vidal daba por finalizado su trabajo con la vía bautizada como Life is lilac (La vida es de color lila). La última reunión de la nueva línea es común a la de la vía Prisioners of the Shipton (5.11d, A3, 900 m, Koller-Linek-Podrabradsky, 2005), y se llega hasta ella por la vertiente opuesta. Tal y como adelanta la protagonista de esta nueva apertura en el Shipton Spire, todos los emplazamientos de material de los largos fueron naturales, a excepción de algunos espits.

Un dato clave más para entender esta sobresaliente actividad: A las duras dificultades técnicas, a las no menos duras condiciones climatológicas... hay que añadir que Vidal trabajó en la más absoluta autonomía desde el Campamento Base Avanzado; además, sin radio y sin gente en dicho campo.

Una vez terminada la escalada, era hora de bajar. Todavía tenía que pasar más penurias: «Los rápeles fueron el gran problema de esta escalada. Cuerdas enganchadas cada dos por tres y un día extra de lo previsto en dicho descenso. Esto provocó que tuviera que pasar una noche entre dos piedras de una repisa a mitad del rápel. Continué hasta la base de la pared al día siguiente».

Así se desarrolló la experiencia («increíble experiencia» para Vidal) en Life is lilac. 870 metros de escalada, con dificultades de hasta A4+/6a, con 21 días de permanencia en pared (del 10 al 30 de julio), con tres campos instalados, en estilo cápsula y fijando los primeros 200 metros. Y sin olvidarnos: en total autonomía.

el poder del silencio

«De vez en cuando necesito intensidad, y en solitario es mucho más intenso que escalar en cordada. Porque en solitario implica silencio, y el silencio lo considero importante para poder escucharte»

Nueva línea independiente en la sureste

Como adelantábamos anteriormente, la cara sureste se presenta más «amena» que la elegida por Vidal. Durante la ya terminada temporada, dicha vertiente ha recibido varias visitas, y una de ellas, la de un equipo compuesto por cuatro rusos, se ha hecho con una nueva ruta independiente. E incidimos en el término independiente, ya que la sureste cuenta con un buen número de vías abiertas y, en algunas ocasiones, algunas de ellas surca o enlaza parte de las ya existentes.

Por allí arribaron Denis Savelev, Sergey Nilov, Evgeny Korol y Andrey Muryshev. La intención del cuarteto ruso era intentar la virgen cara sur del Shipton Spire, pero la aproximación por el glaciar resultó muy dificultosa. Cambio de planes, y apuestan por una nueva obra en la sureste. Entre la Baltese Falcon (5.11, A4, 36 largos, 1.300 m, Boyd-Child-Foweraker, 1996) y la Women and Chalk (5.12d/5.13B, 29 largos, 1.200 m, Bole-Cortese-Dandri, 2001) avistan una posible línea que a la postre iba a dar unos resultados excelentes.

Comienzan a escalarla el 18 de julio y, trece jornadas después, el día 30 a las 13:00 horas, terminan la escalada justo en la arista somital. Por lo tanto, no hacen cima. En total fueron 32 largos con dificultades técnica de 6b y A4 para una línea de unos 1.300 metros de recorrido. Según han informado los rusos, subieron en estilo cápsula, tuvieron que sufrir durante una semana las duras inclemencias del tiempo y para el descenso necesitaron una jornada completa.

La nueva vía independiente se caracteriza por un buen sistema de diedros y un gran diedro: «La vía cuenta con anclajes fijos, pero sólo metimos unos cuantos parabolts. Concretamente pusimos tres, justo en un largo de la parte superior. Creemos que hubiera sido prácticamente imposible escalar la ruta sin utilizar anclajes fijos». Andoni Arabaolaza

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo