El éxito cosechado por Vaivén Producciones en el Festival de Teatro Clásico de Mérida con la obra «Antígona» de Sófocles, versionada por Miguel Murillo, ha hecho que la compañía estrene ahora el trabajo en Leioa y en Donostia con más fuerza que nunca.

«Más que lo que las críticas recibidas, que han sido buenas, nosotros nos quedamos con la acogida del público. Teníamos un espacio de 700 localidades y lo llenamos todos los días en los que actuamos», explicó Ana Pimenta, productora y actriz de «Antígona»

El estreno en Euskal Herria será este próximo viernes, en Leioa. A Donostia llegarán el fin de semana, los días 6 y 7 de octubre (a las 19.30), coincidiendo con la apertura de la temporada de otoño del teatro Victoria Eugenia. La obra ha sido revisada por Miguel Murillo y la puesta en escena corre a cargo del catalán Esteve Ferrer. Los intérpretes son Miguel del Arco, Klara Badiola, Jose Cruz Gurrutxaga, Ramiro Melgar, Ana Pimenta, Eva Rubio, Kandido Uranga y Pedro Leal.

Pimenta aclaró que con este trabajo han querido celebrar los 10 años de Vaivén Producciones. «Nos apetece celebrar la experiencia y trayectoria del grupo de esta manera», señaló en la rueda de prensa que ofrecieron en Donostia.

Respecto al argumento de «Antígona», la actriz y productora explicó que la protagonista, Antígona, se enfrentará a dos nociones del deber: la familiar, caracterizada por el respeto al derecho natural; y la civil, caracterizada por el cumplimiento de las leyes del Estado y representada por Creonte.

«Queríamos hablar del poder, de cómo puede enajenar a quien lo ejerce. Todo el sentido común de quien tiene el poder se le puede volver en contra y puede acabar tomando medidas dictatoriales», añadió. Vaivén y Miguel Murillo, sin embargo, no presentan a una Antígona rebelde, sino a una «heroína a su pesar y que mantiene la coherencia en todo momento», aclaró Pimenta.

También tratan el tema de los daños colaterales, de la mano de «toda esa gente que pierde siempre en cualquier guerra y a quienes no les pide la opinión nunca; como son las madres».

Según explicó la actriz, con este trabajo han conseguido cumplir con tres objetivos: emocionar, entretener e invitar a la reflexión, «todo con un lenguaje cotidiano, lo que no quiere decir que sea vulgar, y sin perder el lenguaje poético».

Puesta en escena muy sencilla

En cuanto al espacio escénico donde se desarrolla al obra, éste es muy sencillo, puesto que sólo consta de un árbol, que muchos críticos han calificado de genealógico, según explicó Pimenta, y que muestra «todas las raíces del drama contemporáneo que representamos». El suelo del escenario, además, está cubierto por ceniza, porque «se da la gran paradoja de que después de las grandes guerras llega la celebración, pero al mismo tiempo todo se cubre de cenizas». Asimismo, la actriz subray-ó el «equipo de lujo» con el que cuenta la representación, destacando el trabajo de iluminación de Juanjo Llorens, el vestuario de Eduardo Acedo y la música de Iñaki Salvador.