La cosa empieza entretenida. Bueno, «la cosa» es la Liga ACB, «entretenida», ademas de un adjetivo calificativo, es un eufemismo, y ya veremos si «empieza» este fin de semana. Josean Kerejeta la ha vuelto a liar y en su tortuoso traqueteo hacia el destino inequívoco de la libre contratación de jugadores se encuentra de nuevo con la FEB y la ABP. Cual bandoleros, blandiendo acuerdos verbales como fuscos, Pepe El Medallas y Joe El Migajas esperan el paso de los carruajes y deciden cuál parar.

Éste, inevitablemente, suele ser el del Conde de Zurbano y Señor de Lazkao -al que le tienen unas ganas que ni pa qué-. Esta vez, por dar cobijo y convertir a su vasallaje a un nativo de allende los mares que, y esto es lo que no gusta a El Medallas y El Migajas, tomó por esposa a una manceba de su mismo reino.

No tengo el placer de conocer ni a Will McDonald ni a su mujer Eva. Sólo de vista. Y a él de la temporada pasada con Estudiantes. No sé si son pareja de verdad, ni de derecho; de hecho, ni me importa. Matrimonios de conveniencia los ha habido, los hay y los habrá -y si no, baste recordar alguna que otra moneda que hace nada era de curso legal-. Parece ser que casarse por hacerle el favor a uno es delito, aunque probarlo, me parece a mí, como que harto complicado. Los nuevos amigos de Pepe y Joe han ido -ratatatataaaaa- a degüello a por el jugón, pero Guillermo y Eva han negado la mayor y Kerejeta, que afirmó que prescindiría del jugador ipso facto en caso de que lo que se hizo Público fuera verdad, les cree. Y es que cuando Kerejeta hace una apuesta la mantiene hasta el final. Con todas las consecuencias. Y Will este año debería jugar como comunitario y el que viene como español, que para algo tiene el pasaporte de marras.

Qué quieren que les diga; a mí me gustaba bastante más Singleton.