cambio de gobierno en Polonia
Tusk se acercará más a la UE y se mostrará más firme ante EEUU
Un mayor acercamiento a la UE y una postura más firme ante la exigencia de EEUU de instalar su escudo antimisiles serán las principales diferencias de la política exterior polaca tras la derrota en las urnas de la formación ultraderechista de los hermanos Kaczynski y el acceso al poder de la derecha liberal de Donald Tusk. En materia económica, Tusk es un convencido neoliberal defensor de las privatizaciones de empresas y servicios públicos.
GARA | VARSOVIA
El probable futuro primer ministro polaco, el liberal Donald Tusk, será un socio más flexible para los dirigentes de la UE, al tiempo que no será tan cercano a EEUU como su antecesor, Jaroslaw Kaczynski.
«La política exterior polaca va a cambiar de manera importante», considera Pawel Swieboda, antiguo diplomático que actualmente dirige el centro de investigación DemosEuropa.
«Los liberales van a reforzar el pilar europeo y no aceptarán las propuestas americanas tal y como vienen. Polonia se hará valer más ante EEUU», añadió.
Donald Tusk no tendrá excesivos problemas para agradar a sus socios europeos, que han tenido que hacer frente a la permanente amenaza de bloqueo por parte de los hermanos Kaczynski los dos últimos años.
«El próximo Gobierno quiere mantener a Polonia en la corriente principal de la política europea para no volver a situarse al margen de Europa», declaró el domingo Jacek Saryusz-Wolski, uno de los principales asesores de Tusk en la formación de derecha liberal Plataforma Cívica (PO).
«La política de los dos últimos años ha provocado la desconfianza de nuestros socios, no nos ha aportado ningún resultado positivo y ha degradado la imagen de Polonia. Vamos a cambiar todo eso», añadió Sa-ryusz-Wolski, que preside también la Comisión de Asuntos Europeos del Parlamento polaco.
Como primer guiño de la nueva Polonia, Saryusz-Wolski anunció a France Presse que el próximo Gobierno liberal adoptará la Carta de Derechos Fundamentales, incluida implícitamente en el nuevo tratado europeo y que fue rechazada por los Kaczynski.
Al mismo tiempo, los liberales polacos han enviado ya mensajes claros hacia EEUU. «Retiraremos nuestras tropas de Irak», subrayó ayer por la mañana Bogdan Zdrojewski, dirigente de la PO.
El propio Tusk realizó esta promesa durante la campaña electoral ante una opinión pública que no ha aceptado nunca el envío de soldados polacos a Irak desde la invasión de 2003. Unos 900 soldados polacos están actualmente destinados a 200 kilómetros al sur de Bagdad.
En el debate televisivo que mantuvieron Tusk y Jaroslaw Kaczynski durante la campaña electoral, el candidato de la PO lanzó la siguiente pregunta a su rival: «¿Quién le ha dado el derecho de prolongar la misión en Irak más allá de los términos acordados y poner en peligro la vida de los soldados?». Un total de 21 militares polacos han muerto en Irak.
Antes de que se celebraran las elecciones, el Ministerio de Defensa preparó un nuevo envío de tropas previsto para el comienzo del año 2008.
La PO también se ha mostrado reticente con la ampliación del despliegue polaco en Afganistán (1.200 soldados actualmente). «La misión polaca en Afganistán tiene que cambiar de características. Polonia se ha propasado», añadió Zdrojewski.
Los liberales han señalado también que negociarán desde posiciones más duras con EEUU, que quieren instalar en Polonia bases de su escudo antimisiles.
Frente a Washington
«Nosotros somos quienes asumimos el riesgo de tener el escudo antimisiles. Y nadie más», destacó Radoslaw Sikorski, antiguo ministro de Defensa de los Kaczynski que se ha pasado a las filas de la PO y está considerado como muy atlantista.
«La simpatía de los polacos por los EEUU ha caído del 60% al 38%. Si el Gobierno de EEUU no hace algo espectacular, la opinión pública no nos perdonará que le hagamos otro regalo», añadió Sikorski.
Desde las filas liberales se ha reclamado que EEUU acabe con la exigencia de visados para los turistas polacos.
Sikorski, que podría ser el ministro de Defensa o de Asuntos Exteriores de Tusk, reclama a Washington que entregue a Polonia un sistema de defensa antimisiles de última generación (del tipo Patriot PC-3 o THAAD) a corto o largo plazo.
Aunque en política exterior el Gobierno de Tusk supondrá un cambio respecto al de Jaroslaw Kaczynski, en cuestiones económicas no se esperan grandes diferencias. Tanto la PO como el PiS de los Kaczynski son formaciones derechistas y Tusk es un neoliberal de manual que defiende con uñas y dientes la privatización de servicios y de empresas públicas.
La PO de Tusk forma parte del Partido Popular Europeo (PPE) y el ex presidente del Gobierno español José María Aznar (PP) ha sido uno de los pocos dirigentes europeos que han participado en la campaña electoral polaca.
Tras las elecciones del domingo, el Parlamento deberá formarse antes de los quince días siguientes, por lo que la fecha límite para ello es el 5 de noviembre, según establece la Constitución polaca.
Formación del Gobierno
Tras la formación del Parlamento, el presidente Lech Kaczynski tiene un plazo de catorce días desde la primera sesión para nombrar un primer ministro y el resto de integrantes del Gobierno.
Tusk rechazó ayer confirmar si será el futuro primer ministro, mientras que su partido, la PO, esperará formalmente a la convención del próximo 10 de noviembre para decidir sobre posibles pactos postelectorales. La PO no ha conseguido la mayoría absoluta en el Parlamento, pero podría lograrla si pacta con el Partido Campesino Polaco.
El líder liberal ofrecerá hoy una rueda de prensa para explicar cuáles serán los siguientes pasos de la PO, coincidiendo con el anuncio de los resultados oficiales de las elecciones, ya que ayer aún se esperaban los recuentos de las votaciones de los ciudadanos polacos residentes en Gran Bretaña y en el Estado español.
Pese a las diferencias que mantiene en política exterior con la ultraderecha de los hermanos Kaczynski, Donald Tusk es un neoliberal convencido que defiende firmemente la privatización de empresas y servicios públicos.
La Plataforma Ciudadana de Tusk no ha alcanzado la mayoría absoluta en el Parlamento polaco, pero una alianza postelectoral con el Partido Campesino Polaco (derecha) le permitiría gobernar sin excesivos problemas.
Una de las principales promesas electorales de Tusk en la campaña ha sido la de retirar los soldados que se encuentran en Irak desde el comienzo de la invasión en 2003 y la de reducir la presencia militar que tienen desplegada en Afganistán.
Los responsables de la UE se mostraron ayer aliviados por la victoria de la PO en Polonia, ya que esperan «más buena voluntad» en cuestiones europeas que la que ha mostrado el partido de Jaroslaw Kaczynski.
Rompiendo con su habitual neutralidad cuando se trata de comentar las elecciones de un Estado miembro, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, se felicitó ayer por «el espíritu europeo del pueblo polaco».
«Felicito a Donald Tusk por su éxito electoral y subrayo la importancia de la contribución de Polonia a la UE y el espíritu europeo del pueblo polaco», indicó Barroso, que se mostró confiado en que «tendremos una cooperación fructífera con el futuro Gobierno de Polonia».
Las distintas capitales fueron un poco más lentas en reaccionar, pero Alemania, que ha sido la bestia negra de los hermanos Kaczynski, tendió la mano a Tusk «a la espera de que acepten nuestra oferta de diálogo», según destacó el ministro de Exteriores, Frank-Walter Steinmeier.
El primer ministro sueco, Fredrik Reinfeldt, se felicitó de la voluntad de los polacos de «tener una política gubernamental más favorable a la UE y de mirar al futuro en vez de permanecer con la vista puesta en el pasado».
Los dos principales grupos políticos del Parlamento Europeo también expresaron su satisfacción. Joseph Daul, presidente del PPE, destacó que «los electores polacos han dado una clara señal pro europea», mientras que el dirigente del PSE Martin Schulz valoró el fracaso de un Gobierno que «ha adoptado posiciones antieuropeas cada vez que ha tenido ocasión».
El presidente del Parlamento Europeo, Hans-Peter Pöttering, mostró su esperanza de que el cambio de Gobierno en Polonia suponga una relajación de las relaciones con Alemania y destacó que «para Europa es una buena señal».
El líder de la Alianza Liberal-Demócrata, Graham Watson, consideró que las elecciones han supuesto «una transición del nacionalismo conservador al europeísmo abierto y liberal».
Se espera que el Gobierno de Tusk adopte una postura mucho más firme que la de los hermanos Kaczynski ante la pretensión de EEUU de instalar en Polonia bases del escudo antimisiles, lo que ha provocado un empeoramiento de las relaciones con Rusia.