Con un lenguaje xenófobo, antieuropeo y un programa de corte liberal, Christoph Blocher, actual ministro de la Policía y Justicia, logró una histórica victoria para su partido, el populista UDC, que logró el 29% de los votos (62 asientos en la Cámara Baja). En los últimos 80 años, ningún partido ha alcanzado una cifra similar. Lo más cerca estuvieron los Radicales Demócratas cuando en 1919 obtuvieron el 28% de los votos.

La agresividad en los mensajes, de tinte claramente racista, han caracterizado la campaña de Blocher, centrada en la reducción de impuestos, la lucha contra la burocracia y la concesión «abusiva» del derecho de asilo, políticas antiinmigrantes, la inseguridad y en la retirada simbólica de la demanda de adhesión a la Unión Europea.

La polémica ha rodeado desde un principio a Blocher y su partido que ha echado mano de imágenes agresivas y mensajes simples para atraer al electorado, no sólo de las zonas rurales sino también de las regiones francófonas. Sin ir más lejos, la elección de su cartel electoral -tres ovejas blancas expulsando de Suiza a una oveja negra- originó una fuerte controversia.

Pese a ello, la UDC ha aumentado significativamente su representación parlamentaria en los últimos ocho años. En comparación con los comicios de 2003, ha mejorado su posición en 4,2 puntos. Entonces, también fue el más votado con el 26,7%. Su fuerte ascenso comenzó en 1999 cuando pasó del 14,9% al 22,5% de los sufragios.

En lo inmediato, esta victoria salva la presencia de Blocher en el Gobierno de Berna, cuando éste sea elegido por el Parlamento el 12 de diciembre. «Una persona que se opone a la UE, que quiere pagar menos impuestos, que quiere más seguridad y menos criminalidad extranjera vota por la UDC», declaró su presidente, Ueli Maurer.

Los Verdes fueron otro de los grandes ganadores de la jornada al obtener el 9,6% de los votos (20 escaños). El Partido Socialista fue el principal perdedor al conseguirr un 19,5% de los votos (43 diputados, nueve menos que en 2003).