El Banco del Sur «es una responsabilidad de toda Sudamérica»
El próximo 3 de noviembre se firmará en Caracas el acta fundacional del Banco del Sur, que comenzará a operar en 2008. Todavía son un secreto los primeros proyectos que finaciará la nueva entidad, pero su nacimiento es el primer eslabón «de una nueva arquitectura financiera» para la Sudamérica que pretende romper amarras con las instituciones financieras controladas por EEUU (FMI y BM) e impulsar la integración regional creíble y sostenible.
J.M.U. |
24 horas después de que el FMI reuniera en Washington DC a su Junta de Gobernadores, Venezuela presentaba el martes el Banco del Sur en la propia capital estadounidense. El ministro del Poder Popular de Finanzas de Venezuela, Rodrigo Cabezas, afirmaba ante los periodistas que la nueva entidad «nace de una voluntad política por la integración». «Es un hecho político que surge para impulsar el desarrollo de la región y lograr mayor grado de soberanía y control sobre la riqueza natural de los países». «No podemos darnos el lujo de fracasar», apuntó en declaraciones a «La Jornada».
La primera institución subregional no controlada por los centros de poder financiero de Washington nacerá formalmente el próximo 3 de noviembre en Caracas, aunque faltan «detalles» por concretar. Al proyecto conjunto, que comenzará a operar en 2008, se han unido Argentina, Brasil, Bolivia, Ecuador, Paraguay, Uruguay, Venezuela y, recientemente, Colombia.
El nacimiento de la nueva entidad coincide con el imparable declive de dos instituciones claves en la rapiña del sur del continente americano, entre otras zonas geográficas del planeta, como son el FMI y el BM, cuyo futuro está poblado de oscuros nubarrones y, como sostiene el economista y profesor de Teoría Económica Comparada Alejandro Nadal , «lo peor que le va a pasar [al FMI] es que se va a convertir en algo irrelevante antes de desaparecer».
Entretanto, Rodrigo Cabezas relató al diario mexicano cómo fue madurando la idea del banco, independiente de la arquitectura financiera controlada por EEUU, de un siguiente paso en la integración consistente en crear un fondo monetario regional, constituido con las reservas de los países de la zona -abundantes ahora por los altos precios de las materias primas- y de la posibilidad de que ello derive en el lanzamiento de una moneda única.
El acta de fundación del Banco del Sur, que tendrá su sede en Caracas y oficinas en Buenos Aires y La Paz, concibe a la institución, explica el ministro venezolano, como un mecanismo para financiar el desarrollo. Pero, apunta, le da objetivos «nobles», como el de trabajar «para vencer las asimetrías que existen en nuestros pueblos y entre nuestros pueblos».
La nueva institución sudamericana tendrá un modo de gobierno totalmente opuesto al que prevalece en el FMI o el BM, donde el poder lo concentra el mayor accionista, en ambos casos, Estados Unidos. En el nuevo Banco del Sur, explicó Cabezas, cada país miembro tendrá un voto, independientemente del capital que suscriba para la constitución del banco.
«Tenemos bien claro que no habrá préstamos condicionados a política económica alguna, dado que nadie ejercerá ninguna hegemonía, y mucho menos préstamos condicionados a políticas de corte neoliberal o con condicionantes». Los préstamos del FMI y el BM siempre están sujetos a condicionantes que van desde la privatización de entes públicos, al adelgazamiento del Estado, o la liberalización de sectores de la economía.
El ministro Cabezas anticipó que el nuevo banco estará operando en 2008, aunque declinó dar detalles sobre los primeros proyectos que financiará con los 7.000 millones de dólares de su capital inicial. Precisó que la aportación de arranque no será igual para los países fundadoras, aun cuando cada una tendrá el mismo poder de voto. «Estimo que Brasil, Argentina y Venezuela tendrán que hacer el esfuerzo mayor» en cuanto a las cuotas iniciales. «Será un banco para Sudamérica. Quizá después se pueda ampliar al concepto de América Latina», afirmó.
«El Banco del Sur va a ser un espacio para unir las fuerzas que tienen nuestros excedentes financieros -afirma Cabezas-, porque hoy no hay ese espacio en Sudamérica. Los países sudamericanos tienen sus reservas y los depósitos de su sector privado en los países desarrollados. Hacemos esto para construir un espacio que nos permita tener nuestros excedentes, nuestras riquezas en espacios de nuestra propiedad y al servicio de nuestros pueblos». «No es el banco de Chávez. Es una responsabilidad de toda Sudamérica, que debe proteger esta experiencia para que no naufrague», añadió.
«No habrá préstamos condiconados a política económica alguna, dado que nadie ejercerá ninguna hegemonía, y mucho menos condicionados a políticas de corte neoliberal», afirma Rodrigo Cabezas.
El próximo 3 de noviembre se firmará en Caracas el acta fundacional del Banco del Sur, que pretende financiar el desarrollo. Su sede estará en la capital venezola, con oficinas en Buenos Aires y en La Paz.
El proyecto de los países de América Latina para abandonar el FMI y el Banco Mundial es correcto, porque sus políticas restrictivas desde mediados de los 70 han sido nefastas, sostiene Alicia Girón, del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, en declaraciones a «La Jornada». Un proyecto en el que no podrá entrar México porque no «tiene independencia política ni económica».
Girón precisó que todas las políticas de estabilización del BM y del FMI desde hace 37 años han sido negativas para la economía de la región. Uno de los principales problemas es que han sido orientadas al pago de la deuda y a la restricción del gasto público. México, por ejemplo, cada año transfiere al exterior más de 10.ooo millones de dólares para pagar intereses, afirmó Girón. «La deuda externa ya se ha pagado varias veces», recalcó.
Esas política patrocinadas desde EEUU provocaron que «las economías latinoamericanas dejaran de crecer, abrieran sus mercados y se modificara la estructura productiva. Ello desembocó en un desempleo elevado y un costo social muy alto». Washington, de momento, guarda silencio.