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Raimundo Fitero

Vidas paralelas

Podríamos asegurar que las vidas de las jóvenes que quieren ser modelos en Cuatro y los que quieren ser famosos en Tele 5, son paralelas en cuanto a que durante un período de su existencia parte de lo que hacen, y que debería pertenecer al ámbito de lo privado, salta, por contrato, al de lo público, con lo que quedan en demasiadas ocasiones, literalmente, con el culo al aire.

Si lo juzgamos a la luz de las audiencias, parece claro que hay menos consumidores de televisión que están pendiente de las evoluciones de esas jóvenes que se van convirtiendo entrega a entrega en sombras de sí mismas, que de las evoluciones más darwinistas de los habitantes de la casa de GH. Posiblemente el énfasis de camino hacia la supuesta profesionalidad que intentan dar al programa «Súpermodelo07» sea un error, ya que se utiliza un lenguaje verbal constante muy empapado en conceptos excesivamente exigentes, aunque muy apropiados para los tiempos presentes, colocando el éxito por delante de todo y dejando en evidencia que es lo único que interesa, aunque se le barnice con el esfuerzo, sacrificio, competitividad y otros asuntos de la misma naturaleza. Todo ello no es suficiente para que nos interese en demasía las evoluciones de esas muchachas, sus cuitas internas, sus ataques de nervios o las altas dosis de borderío de algunos de los profesores y jurados.

En cambio el salvajismo del encierro mixto, las cámaras como fiscales incansables, y la aparente libertad para la expresión de los instintos básicos, consiguen llamar la atención a unos consumidores de experiencias ajenas que se mantiene, en términos cuantitativos, en unas cuotas verdaderamente significativas. Es más, en términos generales, la exhibición de cuerpos jóvenes es más enjundiosa en GH que en el mundo del andar con el pie cruzado y la columna recta. Las dosis de erotismo latente son infinitamente más detectables, y el lenguaje es tan primario que lo entiende todo el mundo. Y los ingredientes de estrategia, competición o lucha existen igualmente pero sin más objetivo que ganar un dinero y aparecer en la tele. Por lo que también podemos considerarlo como un curso de formación profesional.

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