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La Jornada Arnoldo Kraus 2007/10/24

Ciencia y moral

(...) Entrevistado por reporteros del Sunday Times [James Watson] dijo sentirse pesimista por las perspectivas para Africa, porque «todas nuestras políticas sociales se basan en el hecho de que su inteligencia (de los africanos) es igual a la nuestra, cuando todas las pruebas indican que en realidad no es así», a lo que agregó que «toda al gente que ha tenido que emplear negros sabe que la igualdad de razas no es verdad». Mortificado por las críticas y seguramente por la cancelación de algunos actos en Inglaterra, donde presentaría su último libro (Avoid Boring People), Watson, de 79 años, intentó disculparse: «Sólo puedo pedir disculpas sin reservas a todos aquellos que hayan inferido de mis palabras que África, como un continente, es de alguna manera genéticamente inferior».

Al lector corresponde decidir cuál de las dos opiniones es la genuina. Los argumentos contradictorios deben leerse sopesando tres hechos: Watson es premio Nobel, cada quien puede decir lo que quiera, y debe recordarse que en 1997 afirmó que las embarazadas deberían tener el derecho de abortar si el niño «portaba los genes de la homosexualidad». Problema crucial es que las ideas de los acreedores a los Nobel viajan por todo el mundo. (...)

Algunas de las escasas voces que lo han apoyado sostienen que se deben ofrecer argumentos científicos, no éticos, para contradecirlo, lo cual, también puede aseverarse en sentido inverso: Watson debe mostrar por medio de experimentos científicos su menosprecio hacia los negros y los homosexuales. (...) No sobra recordar el número de genocidios ocurridos por el color de la piel o la religión.

Los científicos, al igual que los médicos, los carpinteros, los taxistas, los deportistas o los filósofos -excluyo a los políticos- son entes moralmente responsables y también deben serlo en el área social. La ciencia carece de ideología, pero el uso que se le da puede tener connotaciones políticas, racistas o inhumanas.

En ocasiones las palabras dañan más que las acciones. Eso es lo que ha hecho James Watson.

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