Los premios literarios de Irun en euskara se van a Lekunberri y Zestoa
Uno de los premios más prestigiosos en el mundo de las letras de Euskal Herria, los Premios Literarios Kutxa Ciudad de Irun, ya tienen ganadores. En la categoría de novela y poesía en euskara los premiados fueron Mikel Olano y Mikel Ibarguren, respectivamente. De Lekunberri el primero, y de Zestoa el segundo. La mejor novela en castellano fue para Antonio Álvarez, un cubano afincado en Suecia, y el mejor trabajo de poesía fue el del cacereño Santos Domínguez.
Rebeka CALVO | IRUN
Los Premios Literarios Kutxa Ciudad de Irun de este año, que pasa por su XXXVIII edición, ya tienen dueño. En un acto que tuvo lugar ayer en la Sala Capitular del Ayuntamiento de Irun se dieron a conocer los trabajo premiados, obras de «muy alto nivel», según desvelaron algunos de los miembros del jurado de cada una de las categorías a concurso.
Así, los ganadores fueron «Azkuko Belargaian» en la categoría de novela en euskara, de Mikel Olano Irurtia de Lekunberri; «Ahapetik» en poesía en euskara, de Mikel Ibarguren Errasti de Zestoa; «Concierto para una violinista muerta» en novela en castellano, del cubano-sueco Antonio Álvarez Gil; y «La flor de las cenizas», de Santos Domínguez Ramos de Cáceres.
Un trabajo lleno de metáforas
Patxi Urkizu como portavoz del jurado en poesía en euskara, explicó sobre «Ahapetik», el trabajo ganador en la categoría de poesía en euskara, que es un trabajo «lleno de metáforas y con un léxico muy cuidado». Asimismo, explicó que después de «largas deliberaciones» decidieron premiar a Mikel Ibarguren. «Es el poemario de un enamorado. Todos los poemas están unidos en torno al mismo tema», añadió.
En la categoría de novela en euskara fue Felipe Juaristi el encargado de dar a conocer el trabajo ganador. Juaristi aclaró que el tema principal de «Azkuko Belagaian» es «sencillo». «Se trata de una mujer médico de Iruñea que decide ir a Nicaragua como cooperante. Aunque al final se queda en un pequeño pueblo de Nafarroa. En el libro aparecen muchas voces; se estructura entorno a muchas perspectivas», añadió. Desveló además, que en la novela se presentan dos mundos: la de la mujer que llega a un pequeño pueblo y el del pueblo que ve cómo llega alguien de fuera. «Está muy bien escrito», puntualizó. La novela en castellano, «Concierto para una violinista muerta», es un trabajo «gótico», tal y como explicó el portavoz del jurado en este apartado, Mitxel Ezquiaga. «Tiene mucho de thriller. Transcurre en La Habana y cuenta la historia de un hombre que entabla una relación con una enigmática mujer. En este trabajo pesa más el tema que la forma en como está contada», añadió.
La poesía en castellano premiada ayer, «La flor de las cenizas», habla sobre «lo que se salva de la muerte: la ceniza», dijo el portavoz del jurado Manuel Rico. Los poemas tratan temas como la vida y la muerte, el paso del tiempo o «el papel de la poesía para hacer frente a la servidumbre de cada día».
Rico resaltó el «rico, racional y entendible» lenguaje que el autor Santos Domínguez ha utilizado en el poemario.
Los premiados en la categoría de novela, tanto en euskara como en castellano, se llevarán a casa 14.000 euros y los de poesía 10.000 euros. Además todos ellos recibirán un Castillo a modo de trofeo.
La Sala Capitular del Ayuntamiento de Irun no daba a basto ayer. No sólo se dieron a conocer los galardonados de los Premios Literarios Kutxa Ciudad de Irun de esta edición, sino que se entregaron también los premios a los ganadores de la pasada edición, la de 2006. Los premiados del año pasado en los trabajos en euskara fueron Dorleta Urretabizkaia Egizala con su novela titulada «Jaione» y Mikel Perurena Ansa con el conjunto poético «Edan ase arte». Dorleta Urretabizkaia es más conocida por su trabajo como actriz y forma parte del grupo Vaivén, entre otros proyectos.
En lo referente a los trabajos en castellano, los ganadores fueron Rosa Peñasco Velasco en novela con «La sumisa insumisa», un trabajo «con toques sado maso», tal y como explicó Mitxel Ezquiaga, portavoz del jurado de este año en la categoría; y Quintín García González con el poemario «Carne en fulgor».
Todos ellos recogieron el Castillo como premio, además de la dotación económica correspondiente, y una copia de la primera edición de sus obras, ya publicadas.
R.C.