El patrón de Urdaibai, Iker Zabala, realizó el saque de honor en San Mamés como reconocimiento a la labor de los bermeotarras durante la temporada de remo. Y es que nadie ha remado tanto y tan bien como la Bou Bizkaia el pasado verano.

Ayer, los hombres entrenados por Joaquín Caparrós pusieron todo su empeño para conseguir la primera victoria en casa, pero no pudo ser. Los bilbainos remaron más que un Betis al que el punto le sabe mejor que a los vascos. Los rojiblancos volverán a examinarse bajo presión en Getafe, mientras que los de Cúper, visto lo visto, suman un punto que les otorga una buena ración de oxígeno.

El Athletic saltó al campo como le gusta a su afición, con intensidad, sin perderle la cara al encuentro e intentando llevar la iniciativa del mismo. Los rojiblancos, con la novedad de Susaeta, salieron mandando. No gozaron de excesivas ocasiones, pero sí que se sucedieron las llegadas a tres cuartos de campo. Enfrente, el Betis, un equipo que aspira a lo mismo que el Athletic: vivir con tranquilidad tras dos temporadas sumamente angustiosas. Los verdiblancos, buscaban su oportunidad a la contra, que nunca llegó.

Los vizcainos se nutrían de las jugadas a balón parado para generar ocasiones. Así, Ricardo se tuvo que emplear a fondo para atajar un buen lanzamiento de falta de Gabilondo. Asimismo, y a pesar de no computar como ocasiones y sí como intangibles, la labor de jugadores como Koikili, que conjugó pundonor y acierto, o de Javi Martínez, que por fin se asomó por el área, dieron constancia de esa sensación de mejoría rojiblanca.

En el último cuarto de hora de la primera mitad el ritmo se avivó a base de acciones rápidas. La más clara un remate de Aduriz al larguero. El delantero donostiarra envió el balón a la madera tras aprovecharse de un gran cambio de orientación diagonal efectuado por Ocio. Eso sí, antes de que el protestado Lizondo Cortés señalase el camino de los vestuarios, el Betis estuvo a un paso de atragantar el bocadillo a más de uno.

Una falta botada por Sobis desde la banda izquierda no fue blocada bien por Iraizoz -en el que se puede considerar el único error destacable del navarro en todo el campeonato-, que casi propició que los andaluces obtuvieran un premio mayor a los méritos acreditados en esos primeros 45 minutos.

En la segunda mitad, el Betis salió a controlar el balón y frenar el ímpetu del Athletic en esos primeros compases. Claro que, para ganas, las de Aduriz, que despertó al campo y a su equipo tras un inteligente choque con Ricardo, en el que salió mal parado, con el que levantó a San Mamés. En esa línea, de chispazos y jugadas de garra, ya que el juego hilvanado brilla por su ausencia en las últimas campañas, los vizcainos llegaron a las inmediaciones del meta luso.

La mejor ocasión llegó tras un buen centro del ascendente Koikili, que pilló a Aduriz a pierna cambiada. Fue una pena, porque un gol del donostiarra hubiera sido letal. El de Aiete volvió a acechar el tanto, al igual que Etxebe, Javi Martínez o Gabilondo, pero las opciones se esfumaban.

Las ganas de Llorente

Caparrós dio entrada a un enrabietado Llorente. El delantero nacido en Iruñea quiso invertir los pitos que escuchó ante el Milan y salió a por todas. Se mostró activo, batallador y presente en el área. Así, a poco más de diez minutos para el final, el delantero de la selección vasca tuvo el gol en sus botas. Controló con el pecho un buen centro de Gabilondo, se escoró a la izquierda y sacó un zapatazo. No obstante, Ricardo volvió a mostrar que es un buen portero y no sólo un `chutapenaltis'.

A partir de ahí, el partido languideció entre cambios y pérdidas de tiempo. Fue una pena, ya que el Athletic no paró de trabajar. Remando como ayer, la buena línea está más cerca. Transcurridas nueve jornadas y con diez puntos, el Athletic está en la media de su objetivo.