FERIA DEL ÚLTIMO LUNES DE GERNIKA
La feria volvió a su versión húmeda, lo que no impidió el buen ambiente
Tras varias ediciones en las que el protagonismo del sol propició mutitudinarias ferias del Ultimo Lunes en Gernika, la incesante lluvia recuperó una imagen más tradicional para esta incuestionable cita. Hubo más puestos que nunca -320 para el concurso, 900 en total- aunque las ventas fueron muy ajustadas, «flojas» según algunos baserritarras. Nada pudo impedir, sin embargo, que se viviera una jornada festiva redonda que se prolongó hasta la madrugada.
Kepa PETRALANDA | GERNIKA
La feria del Último Lunes ofreció ayer una versión que hacía años no se veía, una imagen casi olvidada; la lluvia, los paraguas y las goteras cayendo desde los tejados de las casetas.
Dadas así las cosas, hay que empezar señalando que esta vuelta a los orígenes no se tradujo de forma excesiva en menor afluencia de público. De hecho, Iñaki Gorroño, concejal de Ferias y Mercados del Ayuntamiento de Gernika, se apresuró a señalar que «un año más, está abarrotado» y a establecer que la diferencia en relación a ediciones precedentes se situó en «mayor incomodidad» que la persistente lluvia provocó en los movimientos de los asistentes, entre paraguas y bolsas.
No tiene sentido entrar en una guerra de cifras, números que vienen predeterminados, además, por el hecho de que, al menos durante los últimos años, el número de asistentes ofrecido oficialmente por los responsables municipales apuntaba muy alto, superando las 100.000 personas. No se puede pasar por alto que las anteriores ediciones de la feria del Último Lunes de Gernika han coincidido con jornadas soleadas, además de con la coincidencia en algún puente festivo que contribuyó a que la fiesta fuera multitudinaria. Ayer, la Policía Municipal de Gernika se atrevió a ofrecer la cifra de 75.000 personas en las calles de la villa foral.
Otra cosa diferente es que, a tenor de lo expresado in situ por los baserritarras, la meteorología influyera directamente en menores ventas, lo que no impidió que casi todo el mundo se desplazara con sus bolsas llenas. Hubo también menos género a la venta, o así al menos se desprendió de lo pulsado entre puestos. Fue la meteorología registrada en verano y otoño y también, en algunos casos al menos, la previsión de tiempo que había para ayer lo que inclinó a algunos baserritarras a cargar con menos producto.
En Zornotza, una mujer que se subió al tren para acudir a Gernika dirigía a su marido, según cogía asiento, un clarificador «este año como nunca, sentados». También es cierto que a mediodía, en la estación de Gernika, se pudieron ver llegar trenes abarrotados, tanto desde Bermeo como desde Bilbo-Atxuri, de igual manera que, la misma hora, los vagones no daban a basto para evacuar a quienes volvían a casa tras la jornada de mercado. Tal y como había adelantado Eusk Tren, hubo servicios especiales que contribuyeron a descongestionar, sólo en parte, los accesos a Gernika. 10.34, 10.49, 11.19, 11.49... marcaba el luminoso de la estación de Bolueta, en referencia a los trenes que debían salir hacia Bermeo. Para volver, hubo trenes cada media hora en las horas de mayor afluencia.
900 puestos, 320 a concurso
Alubia tolosana, de Gernika o pinta, entre 12 y 20 euros; vainas a 5,30 euros el kilogramo; acelga a 1,80; tomate a 4 euros el kilo; pimiento de asar a 5,30 euros el kilo; pimiento de ensartar a euro la unidad; berenjena a 3,50; cebolla a 3 euros la docena; puerro a 1,80 el manojo.
El precio del kilo de avellanas se situó en 4 euros y el de las nueces, entre 4 y 7 euros. Hubo algunos puestos en los que se vendieron setas; a 10 euros el kilogramo de lengua de vaca y a 13 el de hongos.
La cifra de puestos de venta da una idea del volumen de lo que se mueve en Gernika durante la tradicional feria; 900, aunque los que participaron en el concurso sumaron 320. Junto a los stands de hortalizas, fruta, flores, queso, txakolí, sidra o pan, hubo asimismo numerosos puestos de artesanos. Y también exposición de maquinaria agrícola, como cada año.
En las txosnas, los talos con chorizo u otros derivados del cerdo se vendieron a 4 euros, mientras que la botella de txakolí salía a 7 euros. Las txosnas presentaron buen aspecto de público, por aquello de que la tradición o, más bien, afición, a comerse un talo, pase lo que pase. En el otro extremo de la balanza, la lluvia contribuyó a que los establecimientos hosteleros de Gernika estuvieran a tope. Cabe citar aquí que también hay sitio para «botellón» en el último Lunes de Gernika.
Fiesta y reivindicación
Tampoco faltó, como siempre, la reivindicación, en forma de pancartas y banderines en favor a la repatriación de los presos, o de denuncia de los últimos episodios represivos y, como viene siendo también tradición, se expuso la furgoneta que cada año sortea el movimiento pro-amnistía, precisamente ayer.
Hubo igualmente hueco para los bertsolaris. Andoni Egaña, Maialen Lujanbio y Sebastian Lizaso estuvieron ayer en la la villa foral, al igual que decenas de trikitilaris y otros músicos que contribuyeron a que la jornada fuera más animada si cabe.
Gernika, en su último lunes de octubre, es además un día muy largo; a partir de las 17.30 la cita para muchos se desplazó al frontón, donde se habían programado atractivos partidos. Media hora más tarde, ampliando el abanico, comenzaron las pruebas en el probadero.
Ya a partir de media tarde, sin que dejara de llover, el pueblo fue quedando ya, de nuevo, en manos de los propios gernikarras y vecinos, junto a visitantes jóvenes que protagonizan la parte más lúdica del Último Lunes, hasta bien entrado el martes. El Ayuntamiento de Gernika realizó una valoración positiva de la feria con la que se cierra octubre.
Iñaki Gorroño, concejal de Ferias y Mercados, señaló por la mañana que «un año más, está abarrotado» y la Policía Municipal cifró en 75.000 el número de asistentes a la feria del Último Lunes de Gernika.
En Zornotza, una mujer que se subió al tren para acudir a la feria, comentó a su marido, mientras cogía asiento, un clarificador «este año, como nunca, sentados». También es cierto que a mediodía llegaron desde Bermeo trenes abarrotados de gente.
En las txosnas los talos con chorizo u otros derivados del cerdo se vendieron a 4 euros, mientras que la botella de txakoli se vendió a 7 euros. Las txosnas presentaron buen aspecto en cuanto a público se refiere, y es que el talo se ha convertido en un fijo.
Un clásico en Bizkaia, el restaurante Katxi, de Morga, se hizo ayer con el queso ganador del concurso de la feria del Último Lunes. El Katxi pagó 3.300 euros por medio queso producido en la quesería Aizpea, de Olaberri, el campeón en esta nueva edición del concurso, tras la puja que se celebra cada año y cuya ganancia se destina a la residencia Kalzada.
El resultado final de la puja, sin embargo, ha supuesto la inversión de la tendencia que se había marcado en anteriores ediciones. En 2006, Eroski pagó 4.100 euros por medio queso firmado por Aranburu Elkartea, de Idiazabal, mientras que el año anterior, en 2005, el restaurante Bengoetxe desembolsó 3.950 euros por medio queso ganador.
El queso que fue galardonado ayer con el segundo premio, de la aguraindarra Nieves Perez de Albeniz, fue asimismo subastado; el restaurante Batirtze, de Sodupe, pagó 550 euros por medio queso de la citada quesería alavesa. En el mismo tono que el de la feria, en general, la subasta no tuvo la afluencia de gente de las ediciones precedentes.
Por otra parte, la Academia del Cerdo-Txarriduna convocó ayer la 13ª edición del Concurso Mundial de Morcillas Bizkainas, precisamente en coincidencia con feria del Último Lunes de Gernika, al objeto de «potenciar el consumo de morcilla en nuestra sociedad, combatiendo la insidiosa desinformación propalada sobre las bondades de su consumo y vindicar un estilo de elaboración propio del territorio de Bizkaia, a base de sangre de cerdo, manteca sal, puerro, cebolla, alrededor de un 10% de arroz y especias a voluntad». El contacto para mayor información relacionada con la convocatoria -«en las doce ediciones celebradas el número de elaboradores de Gipuzkoa y Bizkaia ha estado a la par»- es el 607 76 53 43.
En el contexto de la agricultura sostenible, por otro lado, hoy está prevista la presentación de Lurrama, un salón agrario que se celebrará en Baiuona los próximos días 2,3 y 4 de noviembre, iniciativa que ha sido organizada por Itsamendikoi y Lurrama, en el contexto del programa Euskadi-Aquitania.
En la presentación de la iniciativa que se desarrollará en Donostia estarán Michel Berhocoirigoin, presidente de Euskal Herriko Laborantza Ganbara, junto a Anuska Ezkurra, que presentará las actividades que se desarrollarán en el marco del salón Lurrama.
Hubo también sitio para la reivindicación, en forma de pancartas y banderines en favor de la repatriación de los presos o de denuncia de los últimos episodios represivos. También se expuso la furgoneta que el movimiento pro-amnistía sortea ese día.
