En los últimos años, la mala gestión municipal y el espíritu privatizador del equipo de gobierno conformado por PNV e IU, han llevado al Mercado de la Ribera a padecer una situación económica precaria. Cuestión que se agrava en un momento en que, desde el ayuntamiento, se pretende llevar a cabo una reestructuración millonaria sin un proyecto claro de futuro comercial.

Todo apunta a que tratan de convertir el Mercado de la Ribera en un centro comercial al uso, actuación que podría poner en peligro numerosos puestos de trabajo actuales, así como suponer la pérdida de las características de «regulador de precios y calidad» que siempre le ha caracterizado.

No hay que olvidar que, a día de hoy, sólo 41 de los casi 115 comerciantes han abonado el anticipo millonario que el ayuntamiento y la comisión gestora les exigen, a pesar de que todavía no se ha colocado un solo ladrillo del remodelado mercado, de que aún no se sabe si será el último presupuesto y de que ya se calcula una desviación del montante final del presupuesto en más de 7 millones de euros.

La situación del Mercado de la Ribera puede y debe cambiar, antes de que la situación económica y el estado de ánimo de los comerciantes vaya a peor. La actual junta directiva y el propio Ayuntamiento de Bilbao tienen la obligación de poner en claro cuál es el estado de las cuentas del Mercado, cuál es el proyecto concreto de nuevo Mercado y modelo de gestión que proponen, así como la repercusión que va a tener sobre las personas que tienen un puesto en la actualidad. El Mercado de la Ribera se ha ganado un espacio propio difícil de sustituir por ninguna marca comercial por muy grande que ésta sea. Siendo propiedad del Ayuntamiento de Bilbao y teniendo una amplia plantilla de personas que ejerce la actividad comercial en régimen de alquiler, se debe impulsar un modelo de gestión mixto, abierto y transparente, donde se pongan todas las opiniones y se aborde un plan de futuro en el que todas las partes estén representadas. En consecuencia, es hora de que se paralice el proyecto actual y se reconduzca todo el proceso desde el principio, sin exclusión de ningún comerciante del mercado.