El Ejército saca pecho en el 84 aniversario de la creación de la República de Atatürk
El Ejército turco hizo gala de su arsenal en los fastos por el aniversario de la proclamación de la República por Mustafa Kemal Atatürk. Anunció un incremento de su ofensiva contra el PKK dentro de sus fronteras y aseguró tener rodeado a un centenar de guerrilleros.
GARA |
Turquía amaneció ayer engalanada con la bandera roja con la media luna y la estrella blanca 84 años después de que Mustafa Kemal Atatürk proclamara el 29 de octubre de 1923 la República de Turquía sobre las ruinas del imperio otomano.
Decenas de miles de ankariotas desfilaron al mausoleo de Atatürk y asistieron a la tradicional parada militar. Igual de multitudinaria fue la asistencia en los desfiles militares en Estambul e Izmir (oeste), principales ciudades turcas.
Otras muchas ciudades y pueblos fueron escenario por octavo día consecutivo de manifestaciones contra la guerrilla kurda del Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK).
Una columna del PKK, cercada
Los medios de comunicación turcos informaron de que desde hace dos días, el Ejército tendría cercado a un centenar de guerrilleros del PKK en Yuksekova, cerca de la frontera turco-iraquí. Fuentes militares aseguraron que interceptaron el sábado a una columna de 150 milicianos cuando huían hacia las montañas de Ikiyaka, cerca de la frontera con Irak (Kurdistán Sur).
Siempre según estas fuentes, un centenar se habría escondido en grutas y cuevas pero estarían rodeados por el Ejército.
Paralelamente, France Presse pudo constatar fuego de artillería y sobrevuelo de helicópteros turcos sobre las montañas Cudi y Kato, en plena frontera artificial que divide a Kurdistán.
El Ejército aseguró que el PKK trataba de aglutinar fuerzas en la provincia de Tunceli, Kurdistán Norte, para llevar a cabo un ataque el Día de la República. Un convoy de 42 camiones militares pasó ayer por Cizre, valle situado a 45 kilómetros de la frontera, hacia la provincia de Sirnak, después de que otra columna del PKK fuera descubierta cuando trataba de infiltrarse desde Kurdistán Sur.
El Ejército anunció haber dado muerte a «muchos terroristas» mientras otras fuentes elevan a 79 los guerrilleros del PKK muertos en los últimos ocho días. Al menos dos soldados murieron ayer en estos combates y un teniente resultó gravemente herido en un atentado en Siirt, a 150 kilómetros de la frontera, lo que eleva a una treintena larga las bajas mortales turcas.
Además, la prensa turca asegura que los 2.000 soldados turcos, con sus 200 tanques, que ocupan bases militares en Kurdistán Sur -con el permiso de las autoridades políticas de la zona- estarían participando en operaciones de asalto a posiciones del PKK.
El Gobierno anunció la puesta en marcha de las anunciadas sanciones económicas contra Kurdistán Sur, concretamente la cancelación de vuelos entre Turquía y Erbil (Kurdistán Sur).
En esta línea, ordenó que se limpie de minas y se reabra en un plazo de 30 día el paso fronterizo sirio-turco de Akçakale, lo que permitiría a los camiones con destino a Irak sortear el paso de Harbur, en Kurdistán Sur.
El Gobierno alemán preveía ayer enfrentamientos entre turcos y kurdos en Berlín después de que el domingo estallara un pogromo antikurdo que dejó un saldo provisional de catorce personas detenidas y dieciocho policías heridos.
Los disturbios tuvieron su origen en una manifestación convocada por una organización panturca en apoyo a una intervención militar turca contra Kurdistán Sur con el pretexto de que sirve de refugio a la guerrilla del PKK.
Al término de la marcha, manifestantes se dirigieron a un centro cultural kurdo. Según el sindicato policial alemán DPOIG, la zona fue escenario de una verdadera «caza al kurdo», obligando a las personas de esta etnia a refugiarse en cafés o en portales de las casas para huir del intento de linchamiento.
400 policías intervinieron para poner fin a este pogromo.
«El conflicto en la frontera turco-iraquí ha llegado ya a Berlín», sentenció la responsable de los servicios de información de Interior de la ciudad-estado de Berlín. «Tememos que estallen nuevos enfrentamientos», añadió, imputando su responsabilidad a grupos próximos a la organización ultra Lobos Grises.
Los ministros de Exteriores de Siria e Irán, países que reprimen a sus propias minorías kurdas, se comprometieron a cooperar para «dar la oportunidad a una solución política» a la crisis.