La tranquilidad y la incontestable victoria del movimiento izquierdista Polo Democrático Alternativo (PDA) en Bogotá fueron las notas predominantes de las elecciones municipales y departamentales del domingo en Colombia. La elección de Samuel Moreno como alcalde de Bogotá constituye un revés personal para el presidente colombiano, Álvaro Uribe, que combatió su candidatura hasta el último momento. Algunos analistas señalaron que «Uribe perdió las elecciones debido a la campaña que realizó para frenar las aspiraciones de Moreno».

Hasta el último día de campaña, Uribe abandonó su papel institucional de observador neutro y acusó públicamente a Moreno de ser un «aliado de los terroristas» y de querer «comprar los votos de los electores, y pidió a éstos que «no se equivoquen eligiendo alcaldes respaldados por la guerrilla» de las FARC. Moreno obtuvo el 44% de los votos, frente al 28% del candidato de Uribe, Enrique Peñalosa.

En el ámbito nacional, no obstante, los partidos y movimientos afines a Uribe obtuvieron 17 de las 32 gobernaciones y 13 de las principales alcaldías.

El electorado castigó a quienes en las pasadas elecciones negociaron con los jefes paramilitares las administraciones locales.