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Eduardo Escobar explicó que no pueden hacer públicos los historiales clínicos de los jugadores, pero que el club tenía toda la información

Los médicos, volcados con Vaughan

Pondrán todos los medios que tienen a su alcance para intentar que el galés pueda recuperarse sin necesidad de volver al quirófano

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Joseba ITURRIA | DONOSTIA

El jefe de los servicios médicos de la Real, Eduardo Escobar, compareció ayer a petición de la prensa para explicar el caso Vaughan, que aterrizó en Zubieta en los últimos días de agosto sin que se informara desde el club de que llegaba tras una operación sencilla para solucionar una osteopatía de pubis de la que ha recaído a las pocas semanas de empezar a jugar.

Escobar explicó que los médicos no pueden hacer públicos los historiales clínicos de los jugadores que se fichan, pero que su departamento tenía toda la información sobre la lesión y la operación del jugador y la incluyó en el informe dado a los técnicos antes de que éstos dieran el visto bueno al fichaje.

Señaló que la gran mayoría de los jugadores que se incorporan llegan con un historial de lesiones y que todo fichaje lleva implícito un riesgo. Así, recordó que «cuando viene David sé que está operado y me pongo contento de que lo esté porque teníamos información de sus molestias en el pubis y es más probable que no dé problemas un jugador que está operado. Me gustaría que los jugadores que vienen no tuvieran antecedentes, pero eso no se da casi nunca. Casi todos tienen algún problema y hay un riesgo con los fichajes. Unas veces sale bien y otras mal. Así, Mark González llegó operado de ligamento y con molestias, se le puso a jugar y fue un éxito. Savio vino con molestias en el pubis, pero por eso decidimos no echar atrás el fichaje de semejante jugador. Lo contratamos, intentamos que se pusiera a tope y salió bien».

Una estadística inquietante

El problema es que un club asuma ese riesgo con un jugador operado de pubis de manera simple, cuando las estadísticas revelan que el 50% de los jugadores de la Real que han sido intervenidos en esa zona con técnicas menos agresivas con el objetivo de recuperarlo antes al final han recaído y han vuelto al quirófano para someterse a una intervención tradicional.

La responsabilidad es de los técnicos que asumen ese riesgo con David Vaughan cuando no hay otro jugador específico de banda izquierda y se paga 450.000 euros por él, cantidad importante para un club de Segunda y para un jugador de la tercera categoría inglesa.

Se asumió el riesgo, además se precipitó su puesta a punto para que jugara la misma semana en la que llegó a Zubieta tras cinco meses sin jugar y a las pocas semanas ha tenido que parar ante las molestias que sufre.

Eduardo Escobar explicó que los servicios médicos de la Real pondrán todos los medios para intentar recuperar cuanto antes al jugador sin necesidad de una intervención convencional que casi le haría perderse toda la temporada, pero no puede dar plazos sobre su recuperación.

Comentó que el jugador está mucho mejor tras su semana de descanso y, sobre el tratamiento que seguirán, explicó que «intentaremos ser lo menos agresivo posible. Ya que ha sido operado vamos a intentar que, aunque no va durar quince días. se recupere cuanto antes con un tratamiento conservador con todo el arsenal que tenemos en nuestras manos. Si se recupera, encantado. Si no, pensaremos en otro tipo de intervención».

Garitano no tiene molestias

La comparecencia del doctor Escobar no sólo sirvió para entender mejor la preocupante situación de Vaughan, sino que tranquilizó sobre el estado de Gaizka Garitano, del que señaló que ya no tiene molestias en el pie operado y que tuvo que ser sustituido en Ferrol sólo por un leve problema muscular.

Sobre el estado de Skoubo, explicó que el problema de la pasada semana no tiene relación con la hernia discal que le impidió jugar la pasada temporada. «Cayó mal y se ha hecho daño en la columna, pero luchamos para que pueda seguir jugando».

RIESGOS

Los dirigentes del club asumieron el riesgo de fichar a un jugador que había sido operado de manera simple de pubis cuando el 50% de estos casos tienen problemas después, y además se precipitó su puesta a punto para jugar.

NERVIOSISMO

Coleman no ha intentado poner en su puesto al jugador que más puede parecerse a él y los cambios introducidos han desequilibrado un equipo que en cinco partidos sin Vaughan ha sumado sólo un empate y ha marcado un gol tras una falta.

Garitano: «No dependemos absolutamente nada de él»

El mayor problema de la lesión de Vaughan no es su preocupante estado, sino el nerviosismo que trasmite su entrenador a la hora de sustituir a un hombre que lo ha hecho bien cuando ha jugado, pero que no es un fenómeno. Lo grave es que cada vez que falta su entrenador cambia toda la estructura del equipo en lugar de situar en su lugar al jugador que más se le puede parecer, Aranburu o Gari, y los resultados son nefastos. Cinco partidos sin Vaughan -si se incluye el del Sporting, en el que sólo aguantó una hora y a bajo nivel- para cuatro derrotas, un empate y un gol de falta.

Resulta difícil de entender todo lo que hace Coleman cuando falta Vaughan y tampoco parece que su plantilla lo comprende, porque cuando se le preguntaba a Garitano si tanto se depende del galés dijo que «me parece que no se depende absolutamente nada, aquí hay jugadores para suplir cualquier ausencia».

No tenía muchas ganas de hablar, pero uno de los dos líderes claros del vestuario dijo otra frase con mucha carga: «Necesitamos ganar partidos y para eso defendemos bastante bien, pero en los últimos partidos en los tramos que jugamos bien nos falta acertar en el último pase y hacer más ocasiones. Para eso también debes tener los jugadores adecuados...».

Recordó que los problemas en ataque de un equipo que no ha sido capaz de marcar en jugada en diez de sus once partidos oficiales no se debe a una táctica conservadora: «Si dices que estás atrás o que no tenemos delanteros... Pero jugamos muy ofensivos, con dos delanteros que están arriba, los laterales suben mucho y con ese planteamiento debemos hacer más ocasiones de gol».

Pareció molesto por la negatividad que ha rodeado al empate de Ferrol, pero si el objetivo es ascender hay que sumar casi 75 puntos y lograr uno en los tres últimos partidos obliga a ganar 20 de los 32 que quedan para acercarse a la cifra. Dijo que «un punto fuera suele estar bien, pero se nos exige ganar y cuando no lo logramos todo parece un desastre. Nuestra intención es ganar, pero no lo logramos, llevamos tres sin vencer y si queremos estar arriba hay que ganar».

Por no hacerlo en Alicante Coleman no podrá esgrimir la excusa de que se viaja en autobús como a Ferrol. Hoy se entrena a las diez, mañana hay doble sesión -matinal en el gimnasio y a la tarde a las cuatro en el campo-, el jueves hay descanso, el viernes se entrena en Zubieta y el sábado se viaja en avión a Alicante para realizar allí el último entrenamiento.

ITURRIA

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