Athletic y Osasuna han mostrado en la última semana sus dos versiones. En dos partidos han pasado del negro al blanco y viceversa.

Los dos conjuntos se encuentran bien colocados en la segunda parte de la clasificación y, pese a quien pese, ahí es dónde seguramente van a pelear. Si se mantienen en los puestos que ocupan ahora el objetivo estará cumplido. La presente temporada apunta a transición y mantenerse en Primera con holgura. Y es que en estas once primeras jornadas ha quedado patente que existen varios equipos con mucho menor potencial. Levante, Betis o Recreativo son los principales candidatos al descenso, mientras el nivel de Almería, Valladolid, Murcia, Deportivo y Getafe seguro que estará cerca.

Osasuna parece mejor colocado. Mantiene el bloque defensivo de los últimos años y el entrenador de la anterior temporada. Han llegado jugadores nuevos y tendrán que acoplarse, pero Ziganda tiene claro lo que quiere. Si los fichajes como Dady explotan sus cualidades, no pasarán apuros.

Por presupuesto e inversión en fichajes el Athletic debería estar más arriba. Sin embargo, tras dos años duros hasta el más optimista de Bilbo se conforma con disfrutar de victorias merecidas como la obtenida ante el Recre. El equipo está en construcción. Y como quiere Caparrós, de atrás hacia adelante.

Poco a poco va formándose un bloque y definiendo un estilo. Falta creatividad en ataque, pero en defensa es uno de los equipos menos goleados. Además, la banda izquierda, principal problema en los últimos años, parece cubierta con Gabilondo y Koikili. Y si faltan recambios hay plantilla suficiente. Recuperar la tranquilidad para ir creciendo como equipo y bloque es la clave.