Cuando en Abartzuza se toma el desvío hacia el valle de Irantzu, el paisaje se transforma radicalmente. Atrás dejamos los espacios abiertos del valle de Yerri y nos adentramos en un desfiladero en el que las paredes parecen aproximarse cada vez más entre sí. Así llegamos al emplazamiento del monasterio de Irantzu, con sus muros severos contrastando con el espléndido alarde de colores otoñales.

La fundación del monasterio está documentada en 1176, aunque se presume que había ya en este lugar un anterior asentamiento monacal. Aquí iniciaremos nuestra excursión de hoy, siguiendo la pista que penetra en el valle paralela al cauce del río Irantzu. Cuando llevemos 20 minutos caminando, y antes de cruzar de nuevo la corriente del río, prestaremos atención al arranque de un camino que asciende a nuestra izquierda, señalado con unos cairns. Comenzaremos así a ganar altura por una preciosa senda, a veces difusa, pero que se puede seguir perfectamente gracias a la sucesión de hitos que vamos a ir encontrando.

Converge la senda con una pista (50 min), la cual seguiremos hacia la izquierda hasta cruzar un portillo metálico (1h 05 min). Aquí nos sale al paso otra pista. La recorreremos tan sólo unos pocos metros hacia la derecha hasta encontrar un ramal que asciende en dirección SSO y se sitúa frente al refugio de Larraitza, construido en 1962 por el Club Montañero Estella.

Sobre los valles de Allin y Amezkoa

Poco más arriba del refugio encontramos una senda que se adentra en un pinar. La seguiremos hasta emerger a terreno despejado. Aquí, de nuevo, unos oportunos hitos de piedra nos guiarán hacia las alturas.

El borde de la sierra está ya cercano. Si derivamos hacia la izquierda alcanzaremos en pocos minutos de travesía por el hayedo las cimas de Etxabarri (1.077 m) y Peñas de Azantza (1.053 m).

Nuestro itinerario y el horario que ofrecemos excluyen este paseo adicional de media hora. Nos dirigiremos hacia el NO cruzando los rasos de Iturza. Siguiendo el rumbo evidente del cordal, alcanzamos en un breve ascenso la cima de Larraitza (1.007 m). La panorámica sobre la sierra de Lokiz, Urbasa y los valles de Allin y de las Amezkoas se nos presenta espectacular.

Unas rodadas guían nuestro descenso hacia el próximo collado cubierto por un pinar, en el que confluyen los caminos que llegan de Urra y de Irantzu (2h 15 min). Desde este cruce de caminos acometemos un último ascenso: el que nos llevará a la cima rocosa de Krezmendi. Para ello seguiremos una amplia pista bellamente cubierta de hojarasca que va ganando altura al tiempo que contornea la ladera en dirección N para evitar los roquedos. Deberemos desdeñar todos los ramales que surgen a la derecha y continuar sin tomar ningún desvío. El camino alcanza así un rellano en medio del bosque, en el que encontramos un cairn. Viramos aquí el sentido del ascenso y por el pasillo abierto en el hayedo alcanzaremos la cumbre de Krezmendi (1.118 m) (2h 50 min).

Tras admirar de nuevo la amplitud del paisaje, iniciaremos el regreso desandando el camino hasta el collado. En este punto tomaremos la pista que desciende hacia la izquierda (NE) describiendo un amplio arco en torno al valle de Irantzu.

Siempre siguiendo la pista principal llegaremos a un punto en el que observamos ya cercana la ladera opuesta del valle (3h 20 min). Aquí encontraremos el ramal de una pista que enfila directamente hacia el fondo del barranco. Seguiremos por ella hasta penetrar en el cauce habitualmente seco del río, por el que caminaremos durante unos minutos. Pronto desembocamos en la pista que nos devolverá a las inmediaciones del monasterio de Irantzu (4h 10 min).