El Gobierno italiano anunció que la detención de 16 personas en Italia y tres más en Gran, Bretaña, Estado francés y Portugal habría permitido desmantelar una supuesta célula yihadista que tenía como objetivo «reclutar y aleccionar a aspirantes a terroristas suicidas» para enviarlos posteriormente a Irak y Afganistán.

Las investigaciones, iniciadas en 2003, culminaron con la emisión de una veintena de órdenes de busca y captura por parte de la Fiscalía de Milán contra ciudadanos tunecinos y argelinos bajo la acusación de «captar en Europa a aspirantes a muyahidines». Además, se les imputa «falsificación de documentos de identidad, favorecer la inmigración clandestina y encubrir a acusados de terrorismo».