Musharraf levanta el breve arresto a Bhutto tras las críticas de EEUU
Unos 200 agentes rodearon por la mañana la casa de Benazir Bhutto en Islamabad para impedir que acudiera a una movilización en Rawalpindi. Horas después, el titular de Interior revocó el arresto domiciliario. Bhutto reiteró la convocatoria de una «protesta nacional».
GARA |
La ex primer ministra Benazir Bhutto no estuvo ni un día bajo arresto domiciliario aunque el Gobierno le impuso esta medida para un mes, alegando que era por «su seguridad» y ante «las graves amenazas de atentados suicidas». Su breve arresto se convirtió en un espectáculo mediático, con cámaras, periodistas, policías, vehículos blindados y alambres de espino.
Por la mañana, Bhutto se disponía a salir de su domicilio en Islamabad para asistir a la movilización que había convocado en Rawalpindi. Entonces, se encontró con un amplio cordón policial y con la noticia de su detención. En declaraciones a la BBC, el ministro de Información paquistaní, Tariq Azim, dijo que la medida se adoptó «por la propia seguridad» de Bhutto. «Todos recordamos lo ocurrido el 18 de octubre», señaló en alusión al atentado kamikaze que costó la vida a unas 150 personas.
Aunque le impidieron la salida y secundar la movilizazión, Bhutto pudo conversar por teléfono largamente con los medios y posó ante las decenas de cámaras y los centenares de periodistas que se congregaron en su vivienda. «El Gobierno está diciendo que no puedo salir de la casa porque algunos terroristas suicidas han llegado a Islamabad. Pero, si saben que estos terroristas están en Islamabad, ¿por qué no han sido arrestados?», preguntó a los medios.
Antes del anuncio del ministro de Interior, Kamal Shah, hubo una comparecencia del portavoz del Consejo de Seguridad Nacional estadounidense, Gordon Johndroe para exigir la libertad de la líder del PPP.
«Tanto la ex primera ministra como otros miembros de su partido deberán ser liberados y gozar de completa libertad de movimiento», manifestó. «Estamos preocupados por el estado de emergencia y la restricción de libertades fundamentales. Exhortamos a las autoridades paquistaníes a recuperen con rapidez el orden constitucional y el funcionamiento democrático», añadió Johndroe. El portavoz del Departamento del Estado, Sean McCormack, llamó a «los partidos y sectores moderados a trabajar con responsabilidad y mantener la calma».
Para finalizar la jornada, Bhutto reiteró la convocatoria de una «protesta nacional» de dos días porque «estamos ante una batalla para salvar Pakistán».
Poco antes de la comparecencia de Benazir Bhutto, la Policía paquistaní impidió a cientos de simpatizantes del partido de la ex primera ministra manifestarse en Rawalpindi contra el estado de excepción impuesto hace justo una semana. La Policía volvió a emplear gases lacrimógenos y porras para impedir la movilización. El canal Geo TV mostró imágenes de los agentes cargando contra los miembros del Partido Popular de Pakistán (PPP). Decenas de ellos fueron detenidos.
Pero la mayor parte de las miles de personas detenidas en todo el país desde entonces son abogados, activistas de derechos humanos y de partidos laicos de la oposición. De hecho, algunos han criticado que las presiones internacionales se hayan centrado en exigir a Musharraf que revoque el estado de emergencia y deje el uniforme militar y no en reclamar la inmediata puesta en libertad de los miles de detenidos en estos días.
Aparte de las protestas en Rawalpindi, en Peshawar, cuatro personas perdieron la vida y cinco resultaron heridas en una explosión frente a la residencia del ministro de Asuntos Políticos y estrecho colaborador de Musharraf, Amir Muqam, que salió ileso del atentado.
La Administración Bush no halla razones legales para suspender la ayuda económica a Pakistán. Desde 2001, EEUU ha inyectado casi 10.000 millones de dólares en Pakistán. Para la Casa Blanca, Musharraf sigue siendo un aliado clave.