Maite SOROA
Atenci�n al pr�ximo linchamiento
Si abren las p�ginas de opini�n de �El Mundo� y leen un titular as� �Seti�n y su macabra equidistancia� se pueden imaginar el tono de la cosa. Evidentemente, si siguen leyendo, no quedar�n defraudadas.
El asunto es que el obispo em�rito de San Sebasti�n, Jos� Mar�a Seti�n, que ocup� la di�cesis desde 1979 hasta 2000, ha escrito un libro que ayer present� en Madrid. Y eso ya les ha puesto los pelos de punta a los de la fachenda. Seg�n el editorialista de �El Mundo�, �Seti�n se ha prodigado en las �ltimas semanas en diversas entrevistas, cuyo contenido resulta estremecedor para las v�ctimas de la banda terrorista y sus familias�. Pues yo, la verdad, las he le�do todas y no me he sentido as�.
Dice el escribiente de Pedro J. que �el pol�mico obispo no s�lo no ha abandonado su tradicional equidistancia entre v�ctimas y verdugos, sino que con la edad parece inclinarse m�s del lado de ETA y de sus presos. Seg�n el prelado, la banda terrorista ha `padecido' mucho dolor con `los asesinatos de los GAL, las condenas a penas de muerte, las torturas policiales, los encarcelamientos y las dispersiones de los presos y de las personas allegadas a ellos'�. �No es verdad o qu�? �No era �El Mundo� el peri�dico que se jactaba de haber �desenmascarado� la trama de los GAL? �No son los objetivos de las torturas y de la dispersi�n acrecentar el sufrimiento y producir dolor?
Insiste en la insidia el escriba: �En una de las entrevistas a prop�sito de la promoci�n del libro, Seti�n aseguraba que el t�tulo de su libro es �Un obispo vasco ante ETA�, porque nunca se plante� ser un obispo `frente o contra' la banda terrorista. Y cuando le preguntaron si alguna vez ha llamado `criminales' a los etarras, respondi�: `No lo he hecho nunca, pero es cierto que sus actuaciones atentan directa e injustamente contra la vida humana'. Lo cual es un macabro eufemismo porque lo que hace ETA es matar a la gente. Seti�n a�ad�a que le parece `poco humana' la pol�tica de querer eliminar a la banda terrorista. Parafraseando el Evangelio, en este caso, `por sus palabras los conocer�is'�. El odio les ha envenenado la sangre y son incapaces de leer lo que se escribe.