Más de una generación de vecinos de Iruñerria ha crecido en la absoluta ignorancia sobre los terribles acontecimientos ocurridos en el fuerte de San Cristóbal, en la cima del monte Ezkaba. Allí perdieron la vida más de 800 luchadores republicanos, socialistas, anarquistas y abertzales entre 1939 y 1945. Allí se produjo una de las mayores fugas carcelarias de la historia, pese a haber sido conscientemente olvidada hasta hace prácticamente quince años. Fue más o menos por esas fechas cuando los últimos retenes del Ejército español abandonaron el cuartel. Pero es ahora cuando existe una opción muy factible de que el antiguo penal sea recuperado para la ciudadanía navarra.

El problema no estriba en el qué; el Ministerio de Defensa aparece claramente dispuesto a quitarse de encima una instalación inservible para sus intereses y que sólo acarrea riesgos de mantenimiento, como demostró el incendio ocurrido hace unos meses. El problema es el para qué. El Ayun- tamiento de la vecina localidad de Berriobeiti tomó la iniciativa e inició gestiones con el Ministerio de Defensa en 2006 para adquirir el enorme fuerte amurallado y relleno de lúgubres galerías (180.000 metros cuadrados edificados más 620.000 metros cuadrados de terrenos colindantes). Se creó incluso un foro de expertos multidisciplinar que debatió el uso que se podía dar al edificio, y al monte en general, y que puso sus conclusiones negro sobre blanco. Pero ahora todo ello queda en el alero: UPN se ha enganchado a una iniciativa de Nafarroa Bai y se presenta por primera vez dispuesto a adquirir el solar, pero sólo para darle el uso que decidan Gobierno y Ayuntamiento de Iruñea, que sin duda no será el de recuperar la memoria histórica de la represión franquista.

Su parlamentario Pedro Eza indicó en la Cámara, hace dos semanas, que «le corresponderá al Gobierno, si es titular, hacer un planteamiento al respecto. Ya convocará en ese momento a los grupos que puedan aportar alguna idea al respecto». Y el concejal Juan Luis Sánchez de Muniain añadió hace unos días en el Consistorio de la capital que «San Cristóbal está llamado a ser área recreativa». Hace años ya se plantearon ideas como la de erigir allí un parque de atracciones al estilo del donostiarra de Igeldo

El giro de UPN es notorio. En 2006, la diputada Uxue Barkos llevó a la Comisión de Defensa del Congreso español una proposición no de ley destinada a tratar de recuperar el fuerte con fines recreativos, sociales y de homenaje a las víctimas. El PP, incluidos los diputados navarros de UPN, se abstuvo. Ahora, en cambio, vota sí, pero con el objetivo claro de pilotar esta operación.

En el debate producido en el Parlamento, el representante de CDN José Andrés Burguete puso sobre la mesa la existencia de la iniciativa del Ayuntamiento de Berriobeiti: «No debemos olvidar que adoptó un acuerdo al respecto, que algún valor tendrá». En la respuesta, Ioseba Eceolaza, de Nafarroa Bai, admitió que es así, pero explicó que su coalición apuesta por que haya un «liderazgo institucional» al máximo nivel. El propio Eceolaza indicó en el debate que «NaBai le está poniendo una alfombra roja a UPN para hacerse con el fuerte». Esta curiosa confluencia de intereses deparó la inclusión reciente en el presupuesto estatal para 2008 de una partida de 500.000 euros para limpiar y acondicionar el fuerte el próximo año; la propuesta de NaBai fue apoyada por el PP, pero no por el PSOE.

Ahora, con prisas

Tras cambiar de estrategia, UPN parece dispuesto a ponerse rápidamente a la cabeza. Pedro Eza afirma que a día de hoy «hay una buena disposición del Ministerio de Defensa y una buena interlocución del Gobierno de Navarra con el del Estado, así que se conseguirá el objetivo que se pretende». El PSN también apuesta por poner velocidad al tema; su presidente, Román Felones, recordó en la Cámara que la tardanza en asumir en su día edificios como el antiguo Hospital Militar de la calle Santo Domingo (hoy sede del Departamento de Educación) o el Palacio Real (hoy Archivo General) hicieron que las inversiones se duplicaran debido al deterioro de los edificios. Así que apuntó que «si el Gobierno no toma la iniciativa en un plazo razonable de bastantes meses, pediremos una comisión especial sobre el tema».

El problema, como queda dicho, vendría después. El foro de expertos creado por el Ayuntamiento de Berriobeiti resumió sus conclusiones en un documento que apuesta «por un tipo de adecuación que sirva para comprender la propia historia y función del fuerte, como fortaleza militar y como prisión». Abogó por convertirlo en museo, aunque matizando que por sus dimensiones «se podría contemplar más de un único uso, siempre respetando unas directrices comunes». De hecho, el documento final subrayó que «la privilegiada ubicación del fuerte San Cristóbal hace que sea un lugar idóneo para poder contemplar y entender toda la Comarca de Pamplona». Pero la apuesta principal es dar una utilización cultural e histórica al antiguo penal, de modo que «todos aquellos que lo visiten tengan la posibilidad de saber para qué fue concebido y qué usos se le han dado a lo largo de la historia».

En este foro participaron especialistas de múltiples ámbitos y diversas ideologías, como los arquitectos Fernando Tabuenca y Teo Ronco, los historiadores Emilio Majuelo y Roldán Jimeno, el editor José Mari Esparza (autor de la obra ``Navarra 1936: de la esperanza al terror''), el cineasta Iñaki Alforja (director de ``Ezkaba, la gran fuga de las cárceles franquistas'') o la bióloga Camino Jaso.

Frente a este planteamiento bien definido y editado incluso en un librito, la propuesta de NaBai abogaba por que el Gobierno navarro adquiriera primero el inmueble y se creara después «una mesa de estudio» para definir su uso. En el Parlamento, UPN y CDN votaron a favor del primer punto, pero no del segundo. Eza esgrimió para ello que «lo que hay que conseguir es el primer objetivo», en una intervención en la que no aludió para nada a la historia negra del penal. CDN consideró que «el uso futuro puede estar relacionado con la memoria histórica, pero también se puede valorizar ese espacio con la iniciativa privada, sin despreciar lo otro». El PSN, por su parte, considera «de estricta justicia» que el edificio se dedique a la memoria, «pero exenta de ira y de revancha: cualquier actuación debe respetar la memoria, el recuerdo y reposo de los muertos».