Alsira era la primera en la cola. Una mujer ya entrada en años a la que la desapacible tarde gasteiztarra no le quitó el apetito. Casi con puntualidad británica -quizá por aquello de la bruma que inundaba el centro de la ciudad-, los organizadores del intento de récord Guinnes comenzaron a repartir los vales a las 18.30, a un euro cada uno, y con los que tener derecho a un trozo de rollo de nata y un chocolate calentito. Alsira llevaba en la cola desde hacía 45 minutos y el frío en los huesos seguro que lo quitó con creces: pagó tres vales y allá que se llevó sus tres pedazos de pastel y otros tantos vasos de chocolate.

Pero lo importante era participar y a pesar del frío y el incesante sirimiri -y sobre todo el euro-, muchos gasteiztarras se animaron a compartir con la Asociación a favor de Personas con Discapacidad Intelectural de Araba (Apdema) la celebración mañana, 3 de diciembre, del Día Mundial de las Personas con Discapacidad. Y lo hicieron además batiendo un récord mundial en una de las especialidades de la capital alavesa: la gastronomía.

Desde el pasado jueves, una docena de pasteleros del gremio provincial se afanaron en preparar un enorme brazo de gitano de nata que batiera el récord establecido en 210 metros. «Primero nos dijeron que teníamos que preparar unos 24 rollos de unos 30 centímetros cada uno. Pero al final eran 600 rollos», comentaba uno de los pasteleros más ilustres de la ciudad, Luis López de Sosoaga. Así que hubo que pedir mucha más nata, que la firma Kaiku aportó de manera desinteresada.

¿El resultado final? 231,7 metros de rollo de nata, según levantó acta un notario. En total, unas 4.000 raciones de pastel, acompañadas de unos 250 litros de chocolate que miembros de la federación de sociedades gastronómicas Boilur se encargaron de repartir. «Hay rollo para rato», se afabanan en proclamar desde la megafonía, y es que todo indicaba que iba ser muy difícil dar con tanto bizcocho y nata. «Con esta humedad, además, el bizcocho...», presagiaba Sosoaga.

Ni siquiera el gesto de la diputada de Bienestar Social, Covandonga Solaguren -que reconoció que no le gusta el cho- colate-, de sumarse al reparto pudo con tanto dulce preparado para la ocasión. Y es que el «vayan preparando el euro» que repetía la megafonía seguro que hizo que más de uno y de dos se retrajeran de acercarse por la Plaza Correos, en una tarde que si invitaba era a tomarse el chocolate al calor del hogar.

En cualquier caso, Apdema cumplió con el reto del Guinnes y con el objetivo de recabar la colaboración ciudadana.