REAL La mejoría del segundo tiempo no se tradujo en ocasiones y la injusta expulsión de Díaz de Zerio restó poder en los últimos minutos
Del calor del Norte al frío del Sur
El joven equipo que ganó al Málaga en un buen partido ante un ambiente muy caliente en Anoeta se tuvo que conformar con el empate en encuentro tedioso jugado sin público. El Sevilla Atlético fue muy superior en el primer tiempo y Riesgo volvió a ser clave.
Joseba ITURRIA | DONOSTIA
Los dos equipos más jóvenes de Segunda empataron sin goles en un mal partido que nada tuvo que ver con el jugado siete días antes por los realistas ante el Málaga. Todo el calor que hubo en Anoeta y la intensidad con la que se entregaron los de Coleman contrastó con el frío ambiente vivido ayer en el Sánchez Pizjuán ante pocos centenares de aficionados y la actitud gélida con la que actuaron los jugadores realistas, sobre todo en el primer tiempo.
La Real volvió a ser ayer un equipo irregular y le falta la continuidad necesaria para acostumbrarse a ganar. Lejos de salir a apretar arriba para robar el balón cerca de la portería rival como ante el Málaga, que es lo mejor que puede hacer un equipo de las características del alienado por Coleman en los últimos partidos, la Real esperó demasiado atrás y permitió jugar al rival en el primer tiempo con excesiva comodidad.
No es normal que en el fútbol profesional un equipo alcance el 78% de la posesión del balón como en el primer tiempo el Sevilla Atlético. Los andaluces tocaron el balón con excesiva comodidad en ataques largos que rara vez encontraban espacios en los últimos metros y cuando los tuvieron Asier Riesgo volvió a estar a un gran nivel.
El cambio de Coleman mediado el primer tiempo de jugar con un 4-1-4-1 con Xabi Prieto en la izquierda y Aranburu en el centro para mejorar la presión junto a Elustondo a los pivotes sevillistas tampoco cambió la dinámica de partido porque los tres medios centros y la defensa estuvieron demasiado atrás y eso impidió recuperar el balón en zonas adelantadas.
Se recuperaba muy atrás y se perdía enseguida porque el Sevilla Atlético es un equipo ordenado que presiona muy bien. En el centro del campo tiene jugadores dinámicos, rápidos y con buen manejo del balón y sólo le falta más mordiente arriba, que es lo que permitió a los blanquiazules marcharse al vestuario sin encajar ningún gol a pesar de la clara superioridad sevillista en el primer tiempo.
En ataque la Real fue nula. Sólo se puede rescatar una combinación en el minuto 30 con centro de Elustondo que no remató Delibasic y un chut de Estrada sin peligro. El Sevilla Atlético tampoco dispuso más que de dos ocasiones claras, un centro en el que Mikel González puso a prueba los reflejos de Riesgo y una opción en la que Juan Pablo estuvo torpe ante la oportuna salida del meta realista.
Mejoría en el segundo tiempo
La Real mejoró en el segundo tiempo, presionó algo mejor, tuvo más posesión de balón, pero tampoco llegó con peligro a la portería de Javi Varas más que en un centro de Xabi Castillo que Delibasic no acertó a rematar a portería. Con todo, daba la sensación de que si alguien podía ganar el partido en el segundo tiempo era la Real, porque el Sevilla Atlético apenas llegaba a la meta de Riesgo, pero la expulsión injusta de Díaz de Zerio restó poder al equipo guipuzcoano de cara a conseguir el triunfo.
En conjunto fue un partido frío y malo, en consonancia con el ambiente. Sin apenas ocasiones de gol el encuentro languidecía, parecía un amistoso y faltó que la Real le pusiera más ardor, porque eso es lo que más agradeció el público del triunfo de Anoeta. Pero con todo, tampoco el partido puede llevar a las conclusiones negativas que algunos quisieron sacar ayer.
El joven equipo realista ha ganado al líder y ha empatado en el campo del cuarto clasificado sin encajar un gol y ha permitido que la Real acabe la serie de partidos comprometidos contra los primeros clasificados con una desventaja de seis puntos sobre la zona de ascenso pese a ganar sólo uno de ellos. A la Real le cuesta ganar, pero a los rivales también les cuesta vencerle dentro de la igualdad que reina en la categoría y lo que hay que esperar es que el equipo consiga esa continuidad y regularidad necesaria para poder aspirar al ascenso a Primera División.
Y lo que debe hacer es insistir en el estilo de juego que ilusionó ante el Málaga. Este equipo debe presionar arriba. Tiene jugadores para ello. Debe ser más valiente, jugar con más decisión con las líneas más adelantadas. Quedaba la duda de si ayer no lo hizo y prefería esperar atrás porque el Sevilla Atlético es un equipo que tiene mucha velocidad arriba y juega mejor al contragolpe, pero Coleman dejó entrever en su rueda de prensa que la replegada puesta en escena de sus hombres no respondía a ninguna táctica prefijada.
Porque el camino empezado contra el Málaga debe tener continuidad, pero tampoco en el entorno del club se puede pasar del negro al blanco en función de las sensaciones que deja cada partido. No se puede viajar del cielo al infierno en seis días. Este equipo demostró su competitividad ante el Málaga, pero también ayer, cuando jugó mal y apenas concedió ocasiones de gol y sumó un punto fuera.
Los empates saben a poco ante la necesidad de sumar de tres en tres, pero a los demás también les cuesta ganar y cuando no se puede vencer no es malo no perder. Y la Real lleva cinco partidos sin hacerlo y si el domingo gana al Cádiz en Anoeta el punto de ayer se verá mucho mejor. Pero lo importante es que este equipo no pase del calor al frío en cada partido y consiga una temperatura alta que le haga ser más regular.
La conclusión más importante que sacó Chris Coleman tras el partido fue que si «la próxima semana ganamos al Cádiz haremos muy bueno este punto. Jugamos mejor el último partido de Anoeta, pero el Sevilla es un buen equipo que está cuarto en la clasificación. En la primera parte ha estado mejor que nosotros, con buen juego y movimientos más rápidos. En la segunda hemos estado mejor, pero peor que otros días. No ha sido un buen partido».
Añadía que «ha sido un encuentro extraño, con muy poca gente en el campo. Parecía un amistoso, en Anoeta había un buen ambiente y jugamos un partido con mucha intensidad. Este parecía un partido amistoso y no hemos alcanzado el nivel que dimos ante el Málaga. Ellos están acostumbrados a jugar en este ambiente. No es ninguna excusa, pero ellos están habituados y han estado más cómodos».
Señaló que «no era nuestra intención esperar atrás. Ha sido una primera parte difícil. Delibasic ha estado solo arriba y perdíamos muy rápido el balón y no aguantábamos la posesión. En la segunda jugamos más el balón, con más paciencia, aunque en los últimos treinta metros nos ha faltado algo de imaginación. Asier ha hecho unas buenas paradas. Si no, otro día un partido como éste lo podíamos perder».
Entendía que «con los jóvenes vimos ante el Málaga lo que son capaces de hacer. Hoy no han estado al mismo nivel, pero eso va a ser así. No se puede estar al mismo nivel todos los partidos. Habrá unos mejores y otros peores. Hay que ser pacientes con ellos, ni son muy buenos ni muy malos, vamos a intentar mantener la calma».
De la expulsión de Díaz de Zerio dijo que «ha sido injusta, no ha sido una entrada fea ni mucho menos. Cinco minutos antes Carlos Martínez recibió una entrada peor y no señaló ni falta. Lo siento por él».
El delantero explicó que «es mi primera expulsión con la Real y en el Sanse sólo tuve una. He intentado cortar una contra, iba muy rápido e incluso creo que le he dado al balón. No esperaba la roja, cuando la he visto se me cayó el mundo encima. Tenía un rato para jugar, el partido estaba bien para poder hacer algo y la pena es que si llego a estar hasta el final podíamos haber sacado los tres puntos».
La Real volvió en un AVE que salía a las diez de Sevilla para llegar a Madrid y coger el autobús del club que tenía prevista su llegada a las 6.45 a Zubieta. Los blanquiazules volverán a los entrenamientos mañana a las diez para preparar la visita del Cádiz a Anoeta del domingo (17.00).
Al margen de la victoria del Sanse sobre el Palencia (1-0), los dos juveniles se impusieron con autoridad a Danok Bat (3-1) y Añorga (2-0), mientras que el primer cadete derrotó por 3-0 al Santutxu. El primer juvenil y el cadete siguen líderes de sus respectivas categorías.
El equipo realista lució brazaletes blancos por el fallecimiento de María Luisa Lasa, tía del capitán blanquiazul Mikel Aranburu, que jugó con toda normalidad a pesar de esa circunstancia. Al ser negras las mangas de la camiseta realista, los realistas utilizaron un luto blanco.
El presidente realista viajó ayer tras su gran protagonismo en la Junta de Accionistas del viernes para ver el partido en el palco. En su valoración tras la aprobación de las cuentas y del presupuesto destacó que el ambiente había sido menos crispado que en otras Juntas.