GARA > Idatzia > Zinema

Intriga y pasión bajo la ocupación japonesa en Shangai

«Deseo, peligro»

Ang Lee volvía a hacerse con el León de Oro en la Mostra de Venecia por segunda vez consecutiva en su carrera, en esta ocasión a cuenta de una película con la que regresa al cine chino conquistando el mercado asiático. «Deseo, peligro» es un «thriller» de espionaje ambientado a finales de los años 30, con el sexo como elemento perturbador en las relaciones entre una miembro de la resistencia y un colaborador del ejército invasor interpretado por Tony Leung.

p060_f02_203x112.jpg

Mikel INSAUSTI | DONOSTIA

La vuelta de Ang Lee al cine chino se ha saldado con un arrollador éxito en el mercado asiático, donde «Deseo, peligro» se ha convertido en un fenómeno social. Las agencias de viajes son las grandes beneficiadas, debido a que los cortes sufridos por la película en la China continental hacen que la gente viaje a Taiwán, para ver allí la versión íntegra, en un éxodo similar al que se dio en las postrimerías del franquismo, cuando se cruzaba la frontera en busca de sensaciones prohibidas. Pero no se trata únicamente de censura, ya que también hay de por medio una cuestión de sensibilidad, toda vez que el tipo de esteticismo formal de la película llega mejor al público oriental. El cineasta taiwanés era muy consciente de ello, pero quería alejarse deliberadamente de la carrera por el Óscar mantenida con su anterior «Brokeback Mountain», mediante un retorno a sus raíces.

Ang Lee considera que sus películas chinas son más personales, aunque reconoce que rodar en su idioma materno le resulta más complicado. En Hollywood hay una maquinaria que le permite hacer del inglés un mecanismo infalible para llegar al gran público, mientras se concentra en la pura narrativa cinematográfica. Por el contrario, películas como «Deseo, peligro» le exigen ser muy fiel al texto original, sin poder desligarse de él. Esta vez tenía que adaptar un relato corto de Eileen Chang, que refleja una época muy concreta en la que la gente se movía por otros códigos morales y otras necesidades vitales. El contradictorio contexto ético no ha sido muy bien entendido en los Estados Unidos, menos aún al recibir la calificación más restrictiva por edades, lo que aleja a la película de los espectadores jóvenes que sí se acercaron, en cambio, a «Tigre y dragón».

En el resto del mundo, el León de Oro obtenido en la Mostra de Venecia ha abierto las puertas a «Deseo, peligro» de par en par. Se encuentra la presencia atrayente del actor Tony Leung, muy popular entre nosotros gracias a Wong Kar-Wai y «Deseando amar», y que funciona muy bien en las historias de época, por la elegancia de sus gestos y sus movimientos siempre que aparece trajeado. Aquí cuenta con un papel diferente, que compensa su menor sensualidad con un perfil decididamente bastante más complejo, mucho más rico en su psicología atormentada. Encarna una tipología tosca, de acuerdo con la personalidad autoritaria de un militar instalado en la posición del verdugo, pero al que sus sentimientos le traicionan y le convierten en un blanco al alcance de todos sus enemigos antiimperialistas.

Dicen que Tony Leung es, en el fondo, pudoroso y tímido, un actor al que le cuesta rodar escenas de sexo explícito, así que no lo pasó bien desnudándose ante la cámara. Para la debutante Wei Tan fue todavía más difícil si cabe, por lo que Ang Lee estuvo sólo con ellos en la filmación de esos momentos tan íntimos. A pesar de que la duración del montaje final casi se va a las tres horas, el director veía imprescindible mantener los encuentros entre los amantes, pues de esa relación privada depende todo el desarrollo de una narración que refleja la tensión entre lo pasional y lo racional, entre el comportamiento puramente instintivo y los compromisos adquiridos. A la protagonista le es encomendada una misión en plena ocupación japonesa: debe intimar con un elemento colaboracionista para debilitar sus defensas y facilitar un atentado por parte de sus camaradas de la Resistencia.

OTROS PREMIOS

Además del León de Oro de la Mostra de Venecia, la película de Ang Lee fue la principal ganadora de los Caballos Dorados 2007, premios de cine otorgados en Taipei, consiguiendo siete estatuillas.

Estreno

T.O.: «Se, jie».

Dirección: Ang Lee.

Guión: James Schamus y Wang Hui-Ling, sobre un relato de Eileen Chang.

Intérpretes: Tony Leung, Wei Tang, Joan Chen, Wang Lee-Hom, Chung Hua Tou, Chih-Ying Chu, Ying-hsien Kao, Yue-Lin Ko, Johnson Yuen.

País: Taiwán - China - Hong Kong, 2007.

Duración: 159 minutos.

Género: Thriller.

El director taiwanés Ang Lee se renueva constantemente y sorprende

Si hay un cineasta que nunca se repite, ése es Ang Lee, capaz de cambiar de género y estilo a cada nueva película. Podía haber seguido explotando el tema del choque cultural expuesto en «El banquete de bodas» o acomodarse en el registro costumbrista y familiar de «Comer, beber, amar», pero su condición de cineasta universal iba a quedar patente bien pronto. Del cine chino pasó directamente a un melodrama típicamente victoriano como «Sentido y sensibilidad», para, a continuación, hablar de la familia disfuncional norteamericana en la película «La tormenta de hielo». Hasta se ha atrevido con el cómic en «Hulk». Mikel INSAUSTI

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo