Está claro que no hay mas posibilidad que el palo, y los discursos fuera de tono demuestran de nuevo la escasa capacidad de nuestros políticos, tertulianos adictos al «conflicto vasco», los periodistas confusos extremos y los que de nosotros hacen su forma de vida.

Hemos vuelto a las ilegalizaciones, detenciones masivas, los artículos de pensadores represores y la nula expectativa en cuanto a un futuro en paz y donde nosotros podamos decidir. Claro que sería absurdo lograrlo después de una trayectoria de imposiciones como la del TAV, la térmica o de los macroproyectos que abundan en este país de cemento y felicidad. Porque si ahora pudiéramos palpar el respeto a los ciudadanos, sería un espejismo.

Sí podemos decir por lo visto que o cambiamos de tierra y comenzamos de cero a hacer patria, o enfrentémonos a seguir admitiendo esta realidad, al eterno enfrentamiento con los dos estados ocupantes.

Y es que, por mas que aquí haya «aberchales» que aplauden lo de Kosovo, Montenegro, Croacia, Escocia u otro país, son ellos los que no desean lo mismo para nosotros, llevan demasiado tiempo durmiendo en los brazos del poder establecido, le han dado forma aceptable y lo justifican. No entran dentro de sus cálculos los golpes, detenciones, ilegalizaciones; el 16% de personas sin opción ideológica o lo que sea. Es más, repito, están muy a gusto con sus negocios más que rentables.

Pero lo realmente patético es oír a los tertulianos que, por ejemplo, el mismo día del inicio del progrom en esta tierra, intentaban justificarlo con palabras grandilocuentes. Hablo del patético proceder de los tertulianos del «Pásalo», que citaban los posibles delitos de los delictivos detenidos. Me parece vergonzoso que sin conocerlos, por unas dietas y un sueldo, se atrevan citarlos y aplaudir estas actuaciones fascistas. ¿De qué conocéis a los detenidos y de qué les acusáis? Resulta que yo pertenezco a un grupo de apoyo a estos inculpados y os puedo asegurar que no tengo ningún dato que me haga valorarlos peor que a vosotros.

Continúo sin ver un futuro esperanzador de respeto a la decisión que podamos expresar los vascos. Lo acontecido, por ejemplo, en las consultas populares ha demostrado que, salvo algo establecido de antemano, las posibilidades de razonar y llevar a cabo alternativas por los ciudadanos son nulas e inviables, para eso está la represión legal tan visible como negada desde las autoridades bajo el pretexto de la violencia ajena.

Deberemos plantearnos hacer un futuro utópico pero más real que el que se vende en nuestros folletos o en los medios afines al régimen de cada zona de nuestro país, porque nuestras ideas no tienen cabida en el actual marco supuestamente «democrático», y no lo digo yo, que soy un simple ciudadano que paga sus impuestos para que los gestionen, lo dicen ellos continuamente, y nos lo recuerdan con las amenazas cada vez menos veladas y más visibles.

Hoy en día pensar que los independentistas, los republicanos, los de izquierdas, los ecologistas, los disidentes... podemos manifestar nuestras opiniones y ser respetados es igual de cierto que la imparcialidad demostrada por los jueces, los políticos o los tertulianos continuamente. Aquí la culpabilidad propia es manifiesta e indiscutible cuando te toca, lo difícil es demostrar lo contrario salvo que seas el «besamanos» de turno.

Pero no quiero despedirme sin enviar un abrazo a todos los detenidos, y en especial a Juanpa, del que echo de menos sus despistes, su alegría y su libertad.