Bush comienza su gira blindando el carácter excluyente de Israel
Nada más pisar tierra palestina, el presidente de EEUU, George W. Bush, dejó claro que su prioridad política es garantizar «la seguridad de Israel en tanto que Estado judío». Es decir, la Administración Bush da el visto bueno a las leyes sionistas que posibilitan la marginación de millones de palestinos y excluyen la posibilidad del retorno de los refugiados de 1948 y defienden una Jerusalén sólo para los judíos.
GARA |
«La alianza entre nuestros dos países contribuye a garantizar la seguridad de Israel en tanto que Estado judío», declaró el presidente de EEUU, George W. Bush, nada más aterrizar en el aeropuerto Ben Gurion, situado en las inmediaciones de Tel Aviv.
Si el objetivo de Bush era impulsar las «conversaciones de paz» entre Israel y la Autoridad Palestina tras la Conferencia de Annapolis, no pudo comenzar con peor pie, puesto que el carácter exclusivamente judío está considerado por los palestinos como la base jurídica de la exclusión que padecen.
Este carácter judío del Estado está en la base de la legislación sionista que ha designado a Jerusalén como «capital indivisible» de Israel -frente a las demandas palestinas que también consideran a esta ciudad su capital histórica- y que imposibilita que se lleve a cabo el derecho al retorno de los refugiados que en 1948 tuvieron que abandonar sus hogares. Estas dos demandas son básicas para los palestinos de cara a la consecución de un eventual acuerdo.
El carácter judío del Estado también establece la discriminación de los ciudadanos que tienen pasaporte israelí pero no profesan esta religión -musulmanes, cristianos y drusos suponen el 20% de la población «israelí»- y permite que cualquier judío de cualquier parte del mundo pueda conseguir la nacionalidad israelí.
«EEUU e Israel son aliados fuertes. El origen de esta fuerza es que compartimos la fe en la libertad humana», añadió Bush en el aeropuerto antes de subrayar «la necesidad de resistir firmemente ante quienes asesinan inocentes para buscar objetivos políticos», en referencia a la resistencia armada palestina ante la ocupación sionista.
«Haremos lo que tengamos que hacer para defendernos contra el extremismo y buscamos una paz duradera. Vemos que existe una nueva oportunidad para la paz aquí, en Tierra Santa, y para la libertad en toda la región», añadió.
Hamas: «Avala la ocupación»
Las palabras de Bush fueron inmediatamente contestadas por Hamas. «Estas declaraciones constituyen un reconocimiento americano del carácter judío del Estado de la ocupación. Estas declaraciones equivalen a un apoyo americano a la puesta en marcha de un régimen de apartheid en nuestra región en detrimento de los derechos del pueblo palestino», destacó el portavoz del movimiento islamista, Sami Abu Zahri.
«Estas graves declaraciones muestran cuál es el verdadero objetivo de quien ha venido a la región para ofrecer apoyo político al ocupante sin tener en cuenta los verdaderos intereses de nuestro pueblo», añadió Abu Zhari.
El alcalde de Jerusalén, el ultraortodoxo judío Uri Lupolianski, por su parte, se dirigió a Bush, en un encuentro que mantuvieron en el hotel King David, para indicarle que la ciudad «debe permanecer reunificada bajo soberanía israelí» y mostró su temor porque en las negociaciones se puede ceder a los palestinos Jerusalén Este (ocupada militarmente por Israel desde 1967) y el libre acceso a los lugares sagrados de la Ciudad Vieja.
Tras reunirse, ya por la tarde, con el primer ministro israelí, Ehud Olmert, Bush avanzó que en el encuentro que mantendrá hoy en Ramallah con el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, reclamará «un compromiso firme» para que cese el lanzamiento de cohetes desde Gaza.
Al mismo tiempo, señaló que Israel debe proceder a desmantelar los asentamientos ilegales que ha construido. Olmert se mostró dispuesto a cumplir con este requisito, aunque no precisó cuándo lo hará.
El Ejército israelí no cesó sus ataques a Gaza durante la jornada pese a la visita de George Bush a Jerusalén, provocando tres muertos más. Así, según informó la agencia Ma'an, dos personas fallecieron y otras cuatro resultaron heridas en un ataque con artillería contra una casa en Beit Hanoun, al norte de Gaza.
Khadra Wahdan, de 30 años, y Muhammad Maher al-Kafarneh, de 22, fallecieron cuando, según testigos presenciales, un misil israelí impactó contra su domicilio. De los cuatro heridos, dos se hallan en estado grave.
Un activista, por otra parte, murió en otro ataque israelí en Beit Laha, también al norte de Gaza. La artillería israelí disparó tres misiles contra un grupo de activistas, provocando, además, cinco heridos, dos de ellos de gravedad.
Según fuentes médicas palestinas, el fallecido en Beit Laha es Amjad Abdul-Dayim y se encontraría a punto de lanzar un cohete casero contra posiciones sionistas.
El brazo militar de los Comités de Resistencia Popular, reivindicó el lanzamiento de tres cohetes artesanales contra la ciudad israelí de Sderot antes de que Abdul-Dayim resultara muerto.
El FDLP también asumió el lanzamiento de otro cohete artesanal contra Sderot.
Por otra parte, Hamas denunció que fuerzas de seguridad de la Autoridad Palestina -ligada a al-Fatah- detuvieron a seis miembros del movimiento islamista al norte de Cisjordania. Tres arrestos de produjeron en la ciudad de Nablús, dos en Yenin y el sexto tuvo lugar en Tulkarem.
En su comparecencia con Olmert, Bush volvió a amenazar a Irán tras el incidente de Ormuz. «Habrá graves consecuencias para ellos si nos atacan. Es mejor que se lo piensen», señaló.