El nuevo informe elaborado por el grupo ecologista Greenpeace, titulado «Agricultura y cambio climático: impactos climáticos de la agricultura industrial y potencial de mitigación», detalla las prácticas destructivas de la agricultura industrial y presenta soluciones factibles para ayudar a reducir su contribución al cambio climático. En el documento, el grupo ecologista asegura que estos cambios beneficiarán al medio ambiente, a los agricultores y a los consumidores de todo el mundo.

Asimismo, el informe asegura que la agricultura industrial basada en un uso intensivo de químicos degrada el suelo y destruye los recursos que son fundamentales para la fijación de carbono, como los bosques y el resto de ecosistemas. En ese sentido, el portavoz de Greenpeace Juan Felipe Carrasco afirmó ayer que «los gobiernos deben actuar urgentemente para implantar una agricultura y una gandería modernas que se relacionen con la naturaleza y con la gente», para que de ese modo abandonen un modelo que «va contra ellos».

Emisiones de metano

Según este documento, la segunda mayor fuente de emisiones agrícolas es la gandería, ya que al digerir los alimentos, los animales producen grandes cantidades de metano, un potente GEI muy perjudicial para la capa de ocono.

En ese sentido, el grupo ecologista afirma que de mantenerse el actual consumo de carne, las emisiones de metano seguirán creciendo, dado que las ganaderías vacuna y ovina seguirán creciendo y lo harán durante las próximas décadas.

Para solucionar el problema, Greenpeace propone realizar prácticas agrarias sostenibles que fijan carbono en el suelo o reducir el uso de fertilizantes.