La represión se cobra doce vidas en otra jornada de protestas en Kenia
El Movimiento Democrático Naranja (ODM) aseguró ayer que la Policía mató a siete personas en la barriada de Mathare, a las afueras de Nairobi, en la segunda jornada de protestas convocada por la oposición en todo el país. Testigos informaron también de la muerte de al menos cuatro personas más Kisumu, y de una quinta en Kibera, también en la capital. Raila Odinga afirmó que desde el 27 de diciembre han muerto más de mil personas en Kenia.
GARA |
«Hoy, siete personas han sido abatidas en la circunscripción de Kasarani. La Policía está disparando a civiles inocentes a su voluntad», denunció el líder de la oposición en Kenia, Raila Odinga, del Movimiento Democrático Naranja (OMD), quien acusó al Gobierno de «haber convertido el país en un campo de exterminio de inocentes».
Odinga responsabilizó ayer a la Policía de la muerte de siete manifestantes en el barrio Mathare, en Nairobi, en el segundo día consecutivo de movilizaciones contra la controvertida reelección del presidente, Mwai Kibaki. Asimismo, aseguró que desde la elecciones presidenciales del 27 de diciembre más de mil personas han muerto.
Raila Odinga, que imputó a Kibaki la falsificación del resultado de las elecciones y pidió sanciones internacionales contra el Gobierno, elevó el tono de sus acusaciones contra el Ejecutivo al asegurar que se trata de una «Administración ilegal que está cometiendo crímenes contra la humanidad que deben ser juzgados por la Corte Internacional de La Haya».
Comparó a Kibaki con su homólogo zimbabuense Robert Mugabe, y le acusó de ordenar «asesinatos selectivos» contra partidarios del movimiento naranja. Kibaki, agregó Odinga, se ha convertido en «un tirano responsable de la muerte de sus propios compatriotas».
Para ratificar sus declaraciones, Odinga enseñó numerosas fotos tomadas en la morgue de Kisumu, en el oeste de Kenia, donde todos los cadáveres, más de treinta, presentaban heridas de bala. El momento más intenso fue la difusión de las imágenes grabadas el miércoles en Kisumu por la cadena local KTN. En el vídeo se ve cómo un policía mata a sangre fría a dos manifestantes que permanecían de pie con las manos en alto, al dispararles a bocajarro antes de patearlos y dejarlos morir.
En el centro de la capital, las unidades antidisturbios volvieron a reprimir los intentos de penetrar en el parque Uhuru, empleando gases lacrimógenos y palos. Las escenas más dramáticas tuvieron lugar en los arrabales de Mathare y Kibera. El ODM afirma que siete de sus partidarios murieron por disparos de la Policía en Mathare.
Sin embargo, la mayor parte del contingente de seguridad fue desplegado en Kibera. Las fuerzas especiales dispararon contra los seguidores de Odinga y entrando en todas las casas en busca de los jóvenes que respondieron con piedras a los gases lacrimógenos.
Testigos presenciales informaron del ingreso de tres heridos en un hospital de Kibera, uno de los cuales falleció.
En el enclave opositor de Kisumu donde el miércoles fallecieron tres personas, un testigo aseguró que la Policía mató a tiros a dos hombres y una mujer. También falleció un niño de diez años herido la víspera.
El Parlamento Europeo pidió ayer al presidente Kibaki que permita un nuevo recuento independiente de los votos o convoque nuevos comicios. Reclamó también la congelación de todas las ayudas europeas al Gobierno mientras no se solucione la crisis.
El informe final del grupo de observadores de la Commonwealth en las elecciones presidenciales de Kenia del 27 de diciembre asegura que «el proceso tras el cierre de los centros electorales no cumplió los estándares internacionales».
Añade que la Comisión Electoral de Kenia «no consiguió establecer la integridad del recuento de votos, de modo que se cuestiona la validez de los resultados de las elecciones» a pesar de «los muchos aspectos positivos del periodo preelectoral y del funcionamiento del día de los comicios, cuando los kenianos salieron en gran número a votar». Además, destaca los fallos cometidos por la Comisión Electoral en su recuento y, al respecto, el secretario general de la Commonwealth, Don McKinnon, sostiene que es «vital que el organismo de gestión electoral tenga la confianza de los participantes políticos y que sea transparente y responsable».
McKinnon señala en el informe que la organización está «profundamente entristecida y preocupada por los horrorosos incidentes de violencia como consecuencia de as elecciones y por la gran pérdida de vidas y la huida de personas que le siguió», por lo que hace un llamamiento a las partes enfrentadas, el presidente Mwai Kibaki y el líder opositor Raila Odinga, a encontrar juntas una solución a través del diálogo.