Napolitano se toma «una pausa de reflexión» para resolver la crisis política
Desde el viernes, Giorgio Napolitano se ha entrevistado con 19 representantes políticos, los presidentes del Parlamento y el Senado, y con tres ex jefes de Estado. Tras escuchar sus planteamientos para salir de la grave crisis política, el mandatario italiano ha decidido tomarse «una pausa de reflexión». Él mismo reconoció en declaraciones a los medios «lo difícil y complicada» que resulta la actual situación ante «la fragmentación política existente en este país».
GARA |
El presidente de Italia, Giorgio Napolitano, anunció que se tomará «una pausa de reflexión» tras terminar ayer las consultas con los representantes de los partidos políticos para dar una solución a la crisis de Gobierno.
El jefe de Estado no especificó cuándo comunicará su decisión. De entre todas las posibilidades que se le han planteado, predominan dos; la convocatoria de elecciones en la primavera de 2009 o encargar la creación de un gobierno de transición para cambiar la ley electoral.
Según explicó, desde que comenzó las consultas el pasado viernes, ha recibido a 19 delegaciones de partidos políticos, además de a los presidentes del Senado y el Congreso -Franco Marini y Fausto Bertinotti, respectivamente-, y a tres ex presidentes de la República -Francesco Cossiga, Oscar Luigi y Carlo Azeglio-. Dijo que ahora necesita poner en orden las ideas.
«Vosotros mismos -en alusión a los periodistas- os habéis dado cuenta de lo complicada y difícil que es la situación ante la fragmentación política de este país», declaró en tono de broma.
Napolitano destacó que cuando comunique su decisión dará todas las motivaciones de su elección y que por ello necesita tiempo para reflexionar.
Los últimos en pasar por el Quirinale fueron los líderes de Forza Italia, Silvio Berlusconi, y del Partido Demócrata (PD), Walter Veltroni.
El alcalde de Roma propuso la convocatoria de elecciones anticipadas en 2009 para que el Parlamento pueda llevar a cabo antes «con la participación de todas las fuerzas políticas» la reforma de la ley electoral. Afirmó que sólo así se podrá «dar al país la estabilidad que necesita».
En caso de que esa alternativa no fuera posible, Veltroni planteó un segundo plan, que consistiría en ir a las urnas en una fecha «más cercana, en pocos meses», a condición de que los partidos dediquen ese tiempo a afrontar la reforma electoral.
«Estas son las propuestas del PD: dos hipótesis de Gobierno con fecha de caducidad limitada y, por tanto, no una petición de pérdida de tiempo para dilatar las decisiones».
Insistió en que el objetivo de su formación es «dar a Italia la garantía de que cuando vaya a las elecciones estará empezando algo nuevo». No obstante, Veltroni expresó su respaldo a la decisión que adopte Napolitano que, según aseguró, contará con el «consenso» del PD.
Berlusconi y Cossiga
Berlusconi, en cambio, reiteró que «el único camino» es volver a las urnas cuanto antes y con la actual ley electoral que, en su opinión, «ha permitido una plena gobernabilidad en la Cámara de los Diputados, incluso con una coalición que había vencido en las elecciones por sólo 24.000 votos». «Tal y como está el panorama político actual, esta ley garantizaría la formación de una mayoría capaz de durar cinco años», agregó.
A la desunión ya existente se unió ayer el cambio de postura de la Unión de Demócratas Cristianos y de Centro (UDC), que en un principio abogaba por un gobierno de «pacificación» para afrontar las reformas.
Pero ayer por la tarde, el líder de este partido de derechas, Pierferdinando Casini, dio a conocer su apoyo a Forza Italia, Alianza Nacional y Liga Norte.
«Hemos intentado trabajar por un pacto de pacificación entre las dos partes, pero ante la falta de disponibilidad para formar ese Gobierno técnico no vale la pena perder más tiempo y es mejor votar», manifestó.
Por su parte, Cossiga abogó por la formación de un gabinete «explorativo», ya que «no se puede ir a votar con esta ley». Asimismo, dijo haber señalado a Napolitano algunos nombres de posibles candidatos que podrían guiar al país.
Además de la opinión de los representantes políticos, podría tener en cuenta otras como la del presidente de la patronal italiana Confindustria, Luca Cordero De Montezemolo, partidario de un Gobierno «institucional» que continúe las reformas.
«Espero que se den cuenta de que Italia tiene dos problemas; el crecimiento y la gobernabilidad, a los que ahora, las mejores fuerzas del país deben dar juntas una respuesta», sostuvo.
Si tras escuchar todas estas opiniones, Napolitano renuncia a priorizar el cambio de la ley electoral y apuesta por la convocatoria de elecciones, saldría ganando la derecha y, sobre todo, Silvio Berlusconi, a quien las encuestas dan la victoria pese a las acusaciones de corrupción.
Y si opta por un gobierno de transición, tendría que elegir a una persona de consenso para sustituir a Romano Prodi en el cargo de primer ministro. La prensa italiana baraja los nombres del presidente del Senado, Franco Marini, y del ministro de Interior, Giuliano Amato.
Mientras Napolitano medita sobre cómo salir de la crisis, los medios continúan haciendo conjeturas. En caso de que hubiera un gobierno de transición, apuntan al presidente del Senado para el cargo de Prodi, sin decartar al ministro de Interior.