Cristina Maristany, Escritora
«Hautsitako Leihoa»
He visto un documental muy interesante. Lo rodaron hace cinco años, pero no se ha estrenado hasta ahora. Sigue actualísimo. Se llama «Hautsitako Leihoa» (La ventana rota), es de la ESCAC (Escuela de Cine de Catalunya) y sus directores son Eñaut Tolosa y Hammudi Al-Rahmoun. Es la historia de cada día en Euskal Herria. Felicito a la productora Escándalo por su valentía. Creo que el documental es espléndido y necesario.
A través de las historias de varios chicos detenidos por la «kale borroka» y las palabras pronunciadas por el entonces juez de la Audiencia Provincial de Madrid, Joaquín Navarro Esteban, nos adentramos en la terrible y silenciada realidad de Euskadi. Dice Navarro que en este país se impone el derecho penal norteamericano, que se caracteriza por la teoría de la ventana rota: aplicar la máxima dureza al autor de la ruptura de la ventana, porque si no se aplica esa máxima dureza terminará asesinando a alguien. También habla Joaquín Navarro de las distintas interpretaciones que puede tener un mismo hecho si lo hace un vasco o no y si se hace en Euskadi o fuera. Pone para ello un ejemplo clarísimo: si un muchacho tira un petardo contra un cajero en Almería la pena será mínima, probablemente una simple multa, pero si ocurre lo mismo en Euskadi, el hecho se convertirá inmediatamente en un acto terrorista y la pena será de años de cárcel. El demoledor análisis sobre la situación de la justicia continúa señalando que se ha subvertido la propia base del Derecho: la presunción de inocencia, porque la política antiterrorista parte de la presunción de culpabilidad. Como bien dice Navarro, si alguien tiene que probar su inocencia es que no funciona el Derecho. Estamos frente a la política antiterrorista del todo vale para conseguir la eficacia: cinco días en manos de la policía detenidos e incomunicados, sin que los abogados de oficio estén presentes en las declaraciones aunque firmen luego como si lo hubieran estado en unos atestados policiales que luego son considerados como prueba en un juicio, un juicio que, a veces, no llega a celebrarse jamás, archivándose el caso después de haber hecho que el detenido pase meses y meses en la cárcel; la política de dispersión de los presos por todas las cárceles del Estado como una notoria violación de los derechos humanos que castiga al autor y a la familia, que se ve obligada a recorrer miles de kilómetros y, algunas veces, para que ni siquiera les dejen ver a sus seres queridos. Navarro concluye su análisis afirmando que sólo hay una solución posible: la del diálogo y la negociación.
Todo es una eterna noria que se repite machaconamente, la tortura nunca ha dejado de existir en el Estado español, ni durante los largos años de la dictadura franquista ni después, en la descafeinada transición con los gobiernos de Adolfo Suárez, Felipe González, José Mª Aznar y el actual de José Luis Rodríguez Zapatero. El caso de Igor Portu, detenido junto a Mattin Sarasola, ha trascendido porque no han podido ocultar la gravedad de unas lesiones que obligaron a hospitalizarlo en una UCI. El Gobierno encuentra normal las horas pasadas desde la detención hasta el ingreso en el hospital, y asegura que las lesiones se produjeron durante la detención debido a la resistencia que opuso. Se queda tan ancho el ministro Pérez Rubalcaba tras esta afirmación, sin darse cuenta del traspié que, como bien señala Javier Ortiz en un artículo, dio al señalar que todo se hizo «de acuerdo con la legislación antiterrorista».
La muerte por tortura de Joseba Arregi en Madrid el 13 de Febrero de 1.981 ocurrió varios días después de su detención. Quisiera adunar los recuerdos de los hechos acaecidos entonces. Estábamos organizando un mitin anti-OTAN en el Ateneo de Madrid, en el que interveníamos varias personas. Era uno de los actos más importantes de los recién creados comités anti-OTAN. La víspera fue el asesinato de Arregi y, cuando íbamos a comenzar, nos trajeron un comunicado de condena por su muerte. Recuerdo que fui yo la encargada de leerlo y que le dimos prioridad ante la brutalidad de lo ocurrido. Una vez finalizada la lectura del comunicado comenzaron las intervenciones. Las fotografías del cadáver salvajemente torturado eran terribles y, cómo no, el director general de la Policía aseguró que el detenido nunca sufrió malos tratos. Eso fue en el 81. Posteriormente, con el Gobierno PSOE, vendría el hecho más repugnante: el GAL, el terrorismo de Estado.
Amnistía Internacional viene reclamando año tras año que se elimine el régimen especial de prórroga de la detención y de la incomunicación, pero este país en el que tan frecuentemente se dice, casi al borde del orgasmo, «porque nosotros, los demócratas...», no se da por aludido. Ahora volverá a celebrarse el pucherazo de unas nuevas elecciones... El juez Joaquín Navarro Esteban ya no podrá ver el documental «Hautsitako Leihoa». Murió el 29 de Abril de 2007 en la más absoluta soledad.