CARMEN A. ECEIZA
Random House pasa de las pequeñas librerías
A uno se le hace muy difícil entender la «política» que la Editorial Random House ha tenido, en concreto, con la distribución del último libro de Ken Follet, «Un mundo sin fin».
Tras la primera edición, a últimos de febrero nuevas ediciones llegan al público, pero no a todos los establecimientos que venden libros. Precisamente las librerías, que no hace decir que lo que venden son libros y no garbanzos ni lavadoras, tendrán la segunda edición más tarde que las grandes superficies y los grandes establecimientos. Así lo han decidido. Al día de hoy se puede encontrar el libro en dichos centros que tienen los best-seller, y sólo los best-seller, junto a las alubias y las salchichas. En las pequeñas y medianas librerías no.
Yo sé que un gran centro comercial puede vender miles de ejemplares de pocos libros. Pero también sé que las pequeñas y medianas librerías, todas juntas, vendemos muchos ejemplares de muchos libros. Tenemos en nuestros establecimientos esos libros que sin ser best-seller son imprescindibles para las editoriales y para nosotros, los libreros, sencillamente porque los demandan y son importantes para nuestros clientes.
Yo por mi parte, hasta que no reciba una explicación y una disculpa por parte de Random House, voy a reducir mi stock de esta editorial en lo que me sea posible. Sé que mi decisión no influye para nada si muchos más libreros no hacen lo mismo. A esto es a lo que les animo. A reducir el stock de Random hasta que se nos deje de ningunear o hasta que al menos veamos un compromiso en este sentido por su parte.