Kepa PETRALANDA

En 1972 visitó, junto con quien fuera parlamentario por Volksunie y posterior europarlamentario Willy Kuijpers, a los huelguistas de hambre en la catedral de Baiona. Tal y como recordó el pasado año en Gernika José Luis Álvarez, Txillardegi, Walter Luyten trasladó allí a los refugiados vascos la solidaridad del pueblo flamenco y, más concretamente, la de Volksunie -en la actualidad N-VA-, partido que fundara en los años 60 y cuya significación es similar a Herri Batasuna. Fue el inicio de una apasionada relación entre este luchador flamenco y Euskal Herria, nación que llevó en el corazón.

Ludo Docx, amigo de la infancia de Walter Luyten (Berlaar, 1934) y residente en Donapaleu, recuerda la invitación que Luyten cursara a Telesforo Monzon en 1973 para asistir, en Diksmuide, al Aberri Eguna flamenco de aquel año. Monzon acudió junto con Etxamendi eta Larralde y un grupo de dantzaris; fueron los invitados de honor.

Pero si hay alguna imagen que puede retratar perfectamente la personalidad de Luyten ésta no es otra que aquella legendaria fotografía suya, junto con Kuijpers, mostrando una ikurriña ante la iglesia de Andra Mari, en Gernika, con motivo del Aberri Eguna de 1975. La Enciclopedia Auñamendi se refiere a este episodio así: «El PNV invita a las demás fuerzas a manifestarse en Gernika, lo que es aprobado por la mayoría. La policía fascista desarrolla una impresionante demostración de fuerza, lo que no impide a los diputados flamencos Luyten y Kuijpers desplegar una ikurriña delante de la Casa de Juntas, por lo que son detenidos y maltratados por la Guardia Civil. El Gobierno belga presenta una protesta formal».

Otras referencias de la época dan cuenta de aquel Aberri Eguna del 30 de marzo de 1975 recordando que «la Policía impide cualquier tipo de manifestación. Trece personas son detenidas cuando bajaban de un tren procedente de Eibar. Son detenidos también los diputados flamencos Walter Luyten y Willy Kuijpers, que enarbolaron una ikurriña a la salida de misa de la parroquia de Andra Mari, así como el periodista Stephen Elliot, que cubría la información para el diario `The Guardian'. Los tres serán conducidos a la frontera. Fuentes policiales dicen haberse practicado 39 detenciones».

No fue, sin embargo, la única ocasión en que sufriera el rigor de la persecución política como consecuencia de su identificación con la causa independentista vasca. Con motivo de una carta que remitió a principios de los 80 al embajador español en Bélgica acerca de cómo se las gastaban los mandatarios españoles con la disidencia vasca, Luyten fue arrestado en su propio país.

Homenajeado en Gernika

Durante su última visita a Euskal Herria, el año pasado, invitado por Gernika Batzordea, dio buena cuenta de su buen humor y de su cultura política, pese a que en 2000 ya se le había diagnosticado un cáncer al que, inicialmente, no le había hecho mucho caso.

En el contexto de los actos organizados en la villa foral por el 70º aniversario del bombardeo, Luyten compartió mesa en Lizeo Antzokia con Txillardegi y Arnaldo Otegi, mientras su amigo Docx ocupó un asiento entre el público. El ex senador amigo de los vascos utilizó chistes y canciones, intercalando neerdanlés y francés, junto a expresiones en euskara y castellano, para enlazar una amena charla que incluyó un recorrido cronológico, con alusiones a la histórica plaza de los Vizcainos sita en Brujas, la represión desatada por el Duque de Alba en Flandes durante el siglo XVI, la iniciativa flamenca por la libertad del lehendakari José Antonio Agirre cuando estuvo preso en Bélgica o la solidaridad flamenca con los vascos mostrada durante la Guerra del 36.

Mostró asimismo su voluntad y esperanza por conocer antes de morir «a un `rebelde' convertido en presidente de la República de Euskal Herria». Arnaldo Otegi, a su lado, bromeó con la posibilidad de que Luyten fuera nuevamente detenido, en el contexto de la actual situación política en Euskal Herria, y añadió que la historia de este país «es una historia de lucha y sufrimiento y por ello seguimos en pie como pueblo».

Cuenta Docx que en cierta ocasión Luyten puso a cantar ``Wel annemarieke'' a todos los que ocupaban una sidrería en Hernani, «una vieja canción contra los españoles», bebiendo cerveza flamenca. Éste será, para muchos, el recuerdo hacia este viejo y solidario inconformista.